Hace muchos años me hablaron de este libro como una sensación que debía experimentar. Porque eso es leer, es básicamente, experimentar emociones. Y yo puse el libro en una especie de altar, porque persona con la que me topaba, persona que me lo volvía a recomendar, puesto que así son los libros. Compré alguna edición y la perdí, hasta que, de nuevo, el año pasado, en una visita a otra ciudad, me lo encontré en un stand que vendía libros usados. Más por repetición de vendedora, pero quisiera creer que también por gusto lector, quien atendía me dijo: es un buen libro. No maravilloso, no genial, sólo un buen libro. Y esa definición me gustó. Lo empecé a leer y no me gustaba, y me cuestioné por qué no, tal vez no estaba en el modo de leer este libro, y luego me empecé a cuestionar por qué les gustaba a otras personas y lo fui entendiendo. Hay que aclarar, que es un libro para jóvenes, es decir, lo que se cuenta, aunque terrible, da esperanza. La narrativa es ligera, pero eficaz, pero también los personajes, aunque no se salen del guion establecido para ellos, cumplen. Hay una constante alabanza a leer y desfilan libros muy conocidos, bueno, sólo dos: La Biblia y Sin familia, de Héctor Malot. (Es curioso que, al momento de citar la Biblia, no ponga a Dios como autor). La novela cuenta la historia de Tomás ¿o David?, que vive en Holanda, en un hogar fundamentalista evangélico, en donde el padre golpea a su esposa ante sus hijos. Para remediarlo, Tomás empieza a reproducir en la casa, las plagas de Egipto. El padre sospecha, pero su hija, que lo ama, pero que no desea reproducir este maltrato, también le pone trampas. Un día, el chico lleva un texto que pierde, pero que aparece en la Biblia: "Todo hombre que golpea a una mujer se deshonra a sí mismo". Al final, el chico hace un club de lectura y recitación de poesía junto con sus vecinas y aunque el padre es invitado, no se queda hasta el final. No se puede salvar a todos, dice un personaje, y esa es una gran verdad. Pues todo el tiempo estamos salvando gente de sí misma, por amor, por compasión, por deseo. Pero hay gente que vive y está a gusto con sus paradigmas, pero si hay una chance de integrarlo al gran coro donde la gente no golpea a los demás, es necesario hacerlo. Tomás, también, en ocasiones, habla con Jesús, sí, Jesús de Nazareth y éste le dice que no conoce a su padre y que, cuando al chico su padre lo golpeó, Dios se escondió de él, de su padre, y no lo encuentra. Esa imagen, tan bella, vale por sí solo todo el libro de todas las cosas. Y sí, es un buen libro. Leánlo despacito.
Monday, March 10, 2025
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