La frescura de un texto no viene de la sencillez del mismo, sino de la claridad con la cual cede los sentimientos que se encierran dentro de él. Y esta es la cualidad de Yoshimoto en su novela, Kitchen. Con la lectura de este libro le dan ganas a uno de enamorarse y compartir un katsudon a las altas horas de la noche. Sencilla, mas no por ello light, Kitchen es un "canto al conquistar y crecer", como dice la autora. Conquistar a la soledad y crecer a partir de esta conquista, supongo. ¿Qué deja Kitchen? Una tranquilidad demoledora.
Yoshimoto le da importancia a los sucesos de una manera que cada uno de ellos brilla con luz propia. Siendo un tema que podría caer con facilidad en el melodrama, la autora lo ha manejado de una manera en que lo último que puede pensar en lector es en eso: en lo cursi que es también ver el dolor.
La anédota: una chica pierde a su familia y entra a vivir a la casa de un compañero de escuela. Ahí descubre que el padre, en realidad, trabaja de geisha.
Apunte encontrado en una papelera, fechado el 9 de noviembre del 2001.
No comments:
Post a Comment