(reseñas inacabadas)
Tengo doblada la página 143 del libro de Columbus. Es un doblés de hace tiempo. Sólo que no recuerdo porque está doblada. Lo que dice la página no es nada importante, es apenas la descripción de una cañada donde descansan los personajes de la novela. Hace tiempo que leí Columbus, de Ignacio Solares. Es la historia del ataque al pueblo gringo por parte de las tropas de Pancho Villa. La historia la cuenta uno de los soldados que participó en el ataque. Ignacio Solares lo cuenta de una manera tan divertida. Tal vez la marca tiene que ver con alguna sonrisa que me arrancó el libro mientras lo leía. O tal vez tiene que ver con alguna descripción breve pero plástica en todo el sentido.
Los títulos de las novelas de Ignacio Solares no me gustan. No me atraen, pero Columbus tiene una fuerza rara, cierto trazado mayor dentro de una novela que podría parecer light. De pronto el autor tiene giros inexplicables o pequeñas gotas de humor o de esperpento que le dan a la obra una cualidad extraña. Cuatro veces he leído Columbus, de Solares. Y las cuatro veces hay alguna frase que antes no estaba. No quiero confundir. Es una novela con un tono muy ligero, muy humano, muy humorístico. "Amigo mío, tengo la ligera impresión de que estoy empezando a empedarme", dice en algún momento el personaje y la revelación es tan inesperada que te arranca una sonrisa.
No comments:
Post a Comment