Una novela breve y previa tenía Bruno Estañol antes de publicar Ni el reino de otro mundo. La novela es Fata Morgana, la historia, la vida de una mujer en un pueblo culaquiera. Ya en Fata Morgana la prosa de Estañol carecía de ripios, tenía un tono narrativo sereno, tibio, diría. En Ni el reino de otro mundo, el escritor mexicano vuelve a utilizar esa prosa, sólo que ahora al servicio del cuento. No es un libro reciente. Fue publicado en 1991 después de obtener el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí. Sin embargo, a la distancia, muchos de sus cuentos aún tienen ese golpe, el jab del que habla Arlt. Son contundentes. Desde la historia del hombre que abandona a su familia para irse con una camarera, en el cuento que le da título a este libro, hasta la del médico que quiere conocer las formas de evadir el dolor y para ello estudia a un faquir de la india, los cuentos de Ni el reino de otro mundo son breves, concisos, contudentes.
Llama la atención el uso del contrapunto dentro de las historias. En muchas, las narraciones cambian de punto de vista, saltan caprichosamente tanto de narrador como de lo narrado. Ejemplo son los saltos que hace Kojelet, una especie de filósofo de barrio en la historia de "Libros apócrifos de Kojéle"t, o los tres narradores de "El gran asalto" o bien, de "Menage à trois". Otro elemento interesante es la ausencia de ese cánon riguroso del cuento que tanto bien y tanto daño a hecho de contar una sola historia, de, si describes una pistola, esa pistola tiene que ser utilizada. En "¡Ay!, cuán triste me ha sido el querer", Bruno Estañol narra la vida de un hombre que termina de marinero acuartelado en la ciudad de México mientra espera la llegada de las fuerzas Carrancistas y en "Hoy no vimos a Danny" nos inmiscuye en un problema central, una mujer que cuida a un hombre enfermo y la historia termina en otro punto, sí relacionado con la historia, pero alejada de ella.
La narración pausada, rica en vocabulario hacen de este libro un buen ejemplo de lo que se logra sin tanto deseo de cambiar el ritmo y el pulso de la literatura. Es un libro de esos que se recomiendan con la esperanza de que otros vean a Danny o sepan la historia de Aminda San Marcos, mujer de hace mucho tiempo, pero también de este.
Inicio lectura: 7 de agosto
Fin de lectura: 10 de agosto
Lugar: ciudad de México
Editorial: CONACULTA
pp. 124
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