Saturday, June 07, 2025

Los días perfectos, Jacobo Bergareche

 Compré esta novela al vuelo, confiado en lo que decía el cintillo (ojo aquí, editores noveles, estas cosas sí funcionan) sobre la cantidad de libros vendidos y luego, cuando leí la contraportada (ojo aquí también, editores noveles, una buena contraportada funciona aún mejor) y ambas lecturas le dieron la razón al libro. Los días perfectos es un libro que además me ha destrabado, que me ha podido dar un empujón a un par de ideas felices -y puede que tristes también-. La idea de que entre la nada y el dolor, prefiero el dolor, como dice Faulker en Las palmeras salvajes y como repite Faulker a su amante Meta Carpenter en una carta que le envía cuando su relación apenas empieza. La traducción dice pena, en lugar de dolor, pero creo que dolor es lo real. Cuando uno termina una relación solo queda el dolor que oscurece esa otra cosa que también ocurre en las relaciones: los días perfectos. Esos días perfectos que también solemos tener con las personas que vamos amando con la vida. Sí, porque no sólo se ama una vez y para siempre, sino muchas veces y por momentos que permiten, que en ocasiones, ese amor para toda la vida no termine por desgastarse y perdure conformado por otras cosas. Al menos esta es la tesis central de esta breve pero emocionante y liberadora novela. Luis se embarca a Austin a ver a su amante de los últimos dos años, a la que suele ver unos dos o tres días cuando coinciden sendos congresos de arquitectura y de periodismo. Pero ya en Austin, recibe un escueto mensaje de ella, de Camila, donde le avisa que a último momento su marido decidió acompañarla, que dejen todo ya mejor en el recuerdo. Desbalanceado, Luis se encierra en el Harry Ramson center en donde encuentra las cartas de Faulkner a su amante y con ella reproduce sus días perfectos con Camila, pero también reflexiona sobre sus antiguos días perfectos con Paula, su esposa, y al final mueve sus piezas, porque si hay algo que nos revoluciona es el dolor. El dolor es lo único que, al parecer, nos permite ser más claros con nosotros. La novela es un ensamblaje perfecto: separado por dos cartas: la que Luis le escribe a Camila como último intento, no de recuperarla, sino de resguardar esos días perfectos y a Paula, de cómo recuperar eso que se ha perdido entre ellos. En fin, que es una estupenda novela. O al menos eso creo yo que justo he pasado por estos vericuetos emocionales el último año y que, al final, he pensado, caray, he tenido mis días perfectos en el último año. Y claro que han valido la pena, aunque trajeran dolor.


177 p

Libros del Asteroide

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