Thursday, August 14, 2025

69 grados norte, donde habitan los silencios, María-Fernanda González Rojas

Como una buena parte de los adultos, a mi edad ya he tenido mis roces con el duelo; desde los más simples, acaso la pérdida de un objeto, hasta algunos mucho más complejos que tienen que ver con la pérdida de parejas, familia y futuros. Esto, por supuesto, no me ha preparado para los duelos que seguirán presentándose en mi vida a lo largo de ésta o bien, para el que yo deje en los demás ante una repentina partida. Como se dice de la escritura, que un libro no te enseña a escribir otro, una pérdida tampoco, acaso sólo te dan algunos puntos de referencias, pero ahondamos en ellos con mitad ceguera y mitad luz. Por eso, porque quisiera tener herramientas para el mismo, cada cierto tiempo leo o busco guía en libros que reflexionen sobre él. Así fue como llegué a 69 grados norte, donde habitan los silencios, de María-Fernanda González Rojas. En él, María-Fernanda, en una estructura interesante, reflexiona sobre la muerte de su madre, Martha Inés, a causa del cáncer. Escrito en triadas, María-Fernanda nos ofrece tres fragmentos de la vida de su madre, con un poema para cada texto, tres ensayos cortos sobre el duelo, la migración -que es otro tipo de duelo- y la herencia, que es, a final de cuentas ese repositorio eficaz de la memoria para mantenernos a flote. La herencia que nos da identidad. La herencia que nos señala el futuro. La herencia que es una casa en donde buscamos refugio para recordar que hemos sido antes, otros, que ese otro que hemos sido ha sobrevivido ya a otros duelos. Los ensayos van sobre la obra de Didion, Octavio Paz y Elizabeth Bishop, y los relatos construyen tres momentos: el momento en el que a Martha Inés le anuncian que su cáncer ha llegado a la etapa cuatro, el momento en el que Martha Inés luchó para evitar un fraude electoral en Camargo y finalmente, el recetario emocional y gastronómico de esta mujer compleja y silenciosa, en el que destacan el pastel azteca, el pollo almendrado, la carne en chile y el souflé de pan. Éste, me parece, es el capítulo breve más hermoso del libro, pero también diría que, aunque las sentencias que se recuperan de Didion, Bishop y Paz son contundentes, la que a mí más me conmovió fue la siguiente de la autora: "¿Con tu ausencia, qué parte de mí se ha borrado?" Y porque me decanta la idea, poderosa, de que cada duelo nos hace nacer a otro distinto. Un yo que evoluciona por el dolor. Nunca seremos más el de antes, el que no había perdido nada. Nunca podremos regresar a ese Edén, en el que no había muertos, en el que no había desamor, en el que no había tristeza o rencor, pero puede que, por la herencia, por la voluntad de resignificar, ese otro que nace, ese otro yo que aparece, escondido hasta entonces dentro de nosotros, pueda tener el alcance a algo más cercano a la divinidad, a algo más cercano a la belleza: la frágil y bella sensación de que el tiempo es breve. Que ya vienen. Que estemos preparados y con nuestros vínculos sanos para decir adiós. 

108 p
UANL

Sunday, July 27, 2025

La famosa invasión de los osos a Sicilia, Dino Buzzati

Hace tiempo que no leía un libro tan bonito en la lIJ... aunque también debo decir que han pasado más de 80 años desde su publicación, pero tiene ese aire clásico que sólo logran tener los verdaderos libros imprescindibles. Dino Buzzati es, además, un clásico autor italiano con textos para todo público al que en realidad no conocía pero, ¡ay, cuántos grandes y buenos autores y autoras nunca conoceremos! La historia es en apariencia sencilla: el rey de osos, Leoncio, sufre algo irreparable: unos cazadores le roban a su osezno, Tonio. Apenado por lo recuperarlo, decide no contarle a nadie el verdadero motivo de su desaparición. Con los años, la vida de los osos en las cumbres de las montañas de Sicilia, los obligan a bajar al valle para no pasar hambres y, liderados por Leoncio, se lanzan a la aventura. Sin embargo, el valle tiene un rey, el malvado gran Duque, con fortalezas, bestias míticas, fantasmas y un mago, De Ambrosiis, quien tiene una varita mágica que sólo sirve para hacer dos hechizos y no más. Con estos elementos, Buzzati crea una fábula que habla de sistemas totalitarios, amor entre padres e hijos, corrupción y burocracia, fantasía, etcétera. La obra tiene dos grandes apartados, escritos al parecer en dos momentos o, bien, alimentados por dos intenciones. La primera, que fue publicada en un diario italiano durante la guerra, narra el avance de los osos hacia la capital de Sicilia -una Sicilia que ya no existe, ni sus montañas ni sus castillos, ni sus ríos, pero que es la Sicilia actual, dice con entrañable premisa mágica el autor. Y en el avance, de encuentran con ejércitos, castillos encantados, ejércitos fantásticos, hombres valientes y esta parte es maravillosa. Vibra la inteligencia fantástica de Buzzati, la capacidad para crear alegorías, sueños, la intervención de una fantasía fabulosa. Luego, viene la segunda parte, mucho más sosegada, pero que nos habla, de los mismos osos, pero ya en su contacto con los hombres y los hombres, bueno, parece que corrompemos todo lo que tocamos. No contaré más de la historia, pero hasta sus últimas páginas es elocuente, precisa y simbólica. Hace días, charlando con un grupo de autores de LIJ en formación, les contaba sobre esta doble lectura de la LIJ, la que vuelve un libro para niños, en todos los públicos y no al revés. Gran libro, será de mis preferidos. Ahora intentaré ver la película.


Gallo Nero

176 p

Monday, July 21, 2025

A golpe de linterna. Tomo I. Pioneras. Antología de Liliana Pedroza

Hace algunos años que salió esta antología de A golpe de linterna, editada por Atrasalante, pero con un proyecto en realidad mucho más integral por parte de Liliana Pedroza, investigadora mexicana que enfocado parte de su trabajo en recuperar la obra cuentística de autoras mexicanas invisibilizadas por el canon y la tradición literaria mexicana, dada a lo que ya sabemos qué. Al fin, en un reajuste nuevo de los libros en mi casa, me encontré de nuevo con los tres tomos y pensé que era el momento de leerlos. El primero, pioneras, abarca a autoras de la primera mitad del siglo XX, tal vez un poco antes, ya que el tomo II recupera a las autoras mexicanas más conocidas de mediados y un poco la primera parte del siguiente lustro del mismo siglo. Así, los cuentos y relatos que están contenidos aquí aún tiene mucho justo de eso, de relatos, no son cuentos escritos, digamos con la tradición del cuento latinoamericano contemporáneo, sino que le deben, acaso, más al realismo y al romanticismo, aunque no se puede negar con sus cuentos e historias fieles a su época y que la selección de los mismos, bien nos permiten hacer un recorrido alterno por las distintas épocas históricas del México de entonces. Así que aquí mi breve relatos de los que más me gustaron de acuerdo al índice:

"La novicia" de María Luisa Ross. Un relato al más puro estilo romántico, contado en breves capítulos, en donde asistimos a un evento de amor y paranormal en la espesura del bosque.
"La venta del chivo prieto" de Laura Méndez de Cuenca. Un relato bien llevado sobre los azares del destino, sobre el intercambio de cuerpos, sobre la avaricia, que tiene en la Mercadela, un mujer avara y soberbia, su personaje principal.
"Amargo" de Tina Vasconcelos de Berges. Un brevísimo relato sobre cuatro amigas que no logran cumplir sus sueños.
"El señor don Juan, mi marido" de Amalia Fernández Castillón. Un cuento sobre los sinsabores de las grandes bodas, pero de los matrimonios miserables, con grandes dosis de sarcasmo.
"Crepúsculo" de María Helena Almazán. Acaso, uno de los mejores relatos del libro. Un mujer con marido golpeador y sindicalista, encuentra en un niño y un hombre mudo y con problemas de otra índole, un poco de paz y esperanza ante la violencia de su esposo.
"La locura de Chabela", de María Esther Ortuño de Aguiñaga. Este cuento es de una ternura, pero también de una tristeza. Chabela se casa con don Roque, el viejo del pueblo, pero aún así logran tener dos hijos que se malogran. La pareja, pasado el tiempo, ya no puede volver a procrear por la evidente edad del anciano al que un día, al fin, "se le cargan los años". Chabela, inocente, pero confiada, termina volcando su amor por los niños de una manera poco cuerda, por decir lo menos, pero con mucho amor, por decir la verdad.
"La cuesta de las ballenas" de Emma Dolujanoff. Cuentazo, un triste cuento de amor en la playa, entre dos hermanos y la mujer que uno sí ama, pero el otro posee.
"Fosforecencia" de Virginia Barreto, miren, yo creo que Sthepen King leyó este cuento antes de escribir El resplandor. Gran relato fantástico.
"Desde una ventana" de Nellie Campobello. Con dos páginas, Nellie escribe un relato contundente sobre la muerte y la cotidianidad.
"La coronela" de Enriqueta de Parodi. Una mujer se vuelve coroneal de los ejércitos revolucionarios después de sufrir una traición amorosa. Al final, todos los personajes encuentran su redención.
"Agua de las verdes matas" de Irma Sabina Sepúlveda. Un cuento preciso sobre la adicción y la tonada, sobre la voluntad de recuperar los vicios aunque nos lleven al final.
Finalmente, "Burocracia" de María Elodia Terrés y "Aquelarre, crónica de nuestro tiempo" de Luisa Carnés, cierran para mí, un conjunto estupendo de cuentos que muestran las vicisitudes de las relaciones entre los hombres y las mujeres, el amor como eje que todo lo conmueve y desgarra, sin importar las clases sociales, las épocas históricas y la violencia entre los hombres y las mujeres cuando eso que, se supone nunca se va a acabar, termina: el amor. 


Sunday, July 13, 2025

La visitante, Alberto Chimal

 Gabriela tiene el don de hablar con los muertos o bien, con quienes están en la frontera entre los vivos y los muertos. Y, de entre todas las personas con las que puede hablar, se encuentra una, su abuela o madre Azucena, como le llama. Y su abuela le advierte que algo malo le puede ocurrir en el futuro, pero Gabriela olvida todo o casi todo lo que su abuela le dice en sueños, hasta que finalmente va a necesitar escucharla, cuando sea casi demasiado tarde. Así inicia La visitante de Alberto Chimal, una novela que, dice la contraportada, es un thriller escalofriante, pero yo más bien creo que es una novela amena y bien contada, con sus rasgos de humor, de fantasía, pero también de belleza y soltura. Gabriela ha crecido y vive ahora con su sobrina Marisol, quien asiste los fines de semana a un grupo de teatro que dirige Teodoro, un célebre director de las compañías de teatro universitario. A Gabriela, educada por un padre conservador y una madre sumisa, aquello que hace Marisol le parece inquietante, prohibido y claro, atractivo. Por eso, aunque con miedo, no tardará en enrolarse al grupo pero, tras una actividad, algo en ella despierta, algo que no pensaba que podría tener y que, al parecer tiene que ver con las chicas muertas durante la matanza del Jueves de Corpus en la Ciudad de México. Con este punto de partida, aunque con esto que les cuento la novela ya va más allá de la mitad, Alberto construye una novela interesante y entrañable, en donde se revela el mundo del teatro universitario. Los ensayos, el montaje, las revanchas, los celos, el retrato de una Distrito Federal de los años 70, con su censura, su tráfico y su pasado, son aquí personajes por sí solos de la trama que rodea a Gabriela y a su prima, Marisol. Hay entraña y afecto en estas páginas, pero no les contaré de qué más va la historia, pero tiene sus personajes siniestros, sin duda. Acaso sólo agregaré que pocas novelas transmiten el amor por el teatro como ésta, y Gabriela es un gran, gran personaje. 


272 p

Planeta.

Monday, July 07, 2025

Ejercicios de dactilografía, Ramiro Sanchiz

Debo confesar que tuve problemas con este libro. La prosa abigarrada, el exceso de adjetivos que lindan con lo tecnológico y una no tan clara exposición de la idea central del mismo me hacía rechazarlo varias veces, a pesar de su brevedad. Tampoco ayudó, creo que lo leí en el aeropuerto y en el avión. La editorial es uruguaya y el libro lo compré hace dos años en la FIL de Guadalajara. Ahora, dicho todo esto, es un libro que me dejó con muchas ideas. Le decía a una conocida, con quien compartí en vivo mi lectura, cuando al fin encontré cinco páginas realmente buenas, de una prosa más limpia. Y luego todo volvió a ser como antes, pero vuelvo a la idea. Sanchiz propone, tras la lectura de Yoga, de Carrere, que la escritura a máquina debería servir para despersonalizar el yo, construir un no-yo que ejerza la escritura. Pienso en la idea romántica de la escritura sin el yo autoimpuesto y me voy a los surrealistas que lo hicieron mucho en su tiempo, así que tampoco podemos decir que hay novedad, pero la idea de la despersonalización de la escritura es, por si mismo ya un juguete, es decir, algo con lo que se puede trabajar. Hay una parte interesante del libro, en el que Ramiro habla justo sobre esto que hago en este momento: avanzar rápido sobre el teclado, como si ese fluir fuera, necesariamente, algo artificial y entonces, él proponer escribir de nuevo a máquina. Por eso el título: Ejercicios de dactilografía, pero la verdad es que me perdí en esa idea de la escritura a máquina. No supe leer, que tampoco es un defecto, la propuesta real, así que intenté aferrarme, como un náufrago, a las ideas que iban soltando por aquí y por ella. Así, es bonita la imagen de un chico que diseña teclados y escribe en ellos, teclados esos sí, artificiales y su historia con las formas de escritura en sus viejas computadoras, el padre que le enseña a montar una TK90 o una Spectrum. Luego, en algún momento, el libro nos lleva al concepto de la alteridad en la arquitectura de un barrio. Y esta parte de bonita también, el cuadrante que recorre emocionalmente junto con su hija recién nacida o, de pocos meses de nacida, quien reconoce cuando él toma una ruta diferente y a punta de lágrimas lo regresa al carril. Gran, gran símbolo: no del transeúnte imaginario, sino del padre doblegado por las necesidades de la hija.  Luego, el libro nos lleva a esas cinco páginas, maravillosas; en las que Sanchiz empieza a dialogar sobre las posibilidades del andar a la deriva, pero una deriva artificial, más bien dictada no por los deseos del caminar, o de elogio del caminar, sino por el aparente caos dictado por una aplicación, Randonáutica. Esos chicos y chicas, esos hombres y mujeres que han perdido la capacidad de mirar y necesitan ser guiados por una app a sitios que, en apariencia, los deben sorprender. Esa idea me perturbó: qué tanto hemos perdido de nuestra humanidad como para que una misma aplicación nos indique qué mirar y hacia dónde caminar. Ramiro hace eso, caminar, pero en alguna parte, se desdobla hacia las posibilidades infinitas de los yo, del algoritmo que puede ser nuestras vidas. Mientras camina guiado por randonáutica, se pregunta qué estaría haciendo en su casa, en ese momento. Entonces, es un libro que me dejó muchas ideas, pero en el que avancé trabajosamente. Hay postulados que no se entienden, grillas o aparentes grillas que me parecen gratuitas, en ocasiones el autor intenta interpelar a Mario Levrero, pero eso se pierde. Luego, al final, dice que escribió el libro en un mes y yo me pregunto qué necesidad. Al final, viene un mapa de la obra de este creador, en una línea del tiempo. Me pareció atractiva. Entonces, sí estoy contento de haber leído el libro, pero leer fue casi un suplicio para mí. Raro, pero así son a veces los libros.

120 p
Pez en el hielo ediciones

Elogio del caminar, Leslie Stephen

Siempre he pesando que caminar es uno de los ejercicios más limpios del mundo. Pero es eso, es un ejercicio. No un hobbie. Y debería serlo, porque caminar siempre supone un encuentro con uno mismo. El libro que leí fue Elogio del caminar, de Leslie Stephen, padre, además de Virginia Wolf. En este breve y rico ensayo, Leslie habla sobre los grandes peripatéticos de su tiempo, esos grandes caminadores que solían hacer de 40 a 50 kilómetros diarios y lo que suponía ese encuentro con las cañadas, los valles, las casas en donde otros caminantes habían vivido, como Wordsworth. Mi alma está encaminada por una emoción pedestre, dice en algún momento Leslie. Y sí, caminar era una manera de materializar el espíritu cuando no había más que paisajes por ser descubiertos.El libro es rico en reflexiones sobre el arte de caminar, sobre la mirada hacia el horizonte, sobre los viejos circuitos entre los árboles, pero también es una bibliografía indirecta de los autores ingleses del siglo XIX que tenían el oficio y el gusto por caminar. "Conocí entonces la deliciosa independencia y desapego que uno disfruta durante un viaje a pie". La última sección es una diatriba, claro, contra los otros grandes consumidores de trayectorias de ese tiempo: los ciclistas, pero Leslie hace también hincapié en que, incluso caminar en el Londres de esa época debería ser algo disfrutable. Las vistas, el camino, debería ser esta una reseña más amplia, pero no lo será. Disfruté mucho el libro. Breve, con ilustraciones de Manuel Marsol. Solo queda una invitación, ir a caminar.


64 p

Nórdica libros



Saturday, June 28, 2025

Sólo puede sernos ajeno lo que ignoramos, Ensayo biográfico sobre Alfonso Reyes, Javier Garciadiego.

Cada año escucho sobre Alfonso Reyes, es decir, de mis últimos nueve años, cada mayo o antes de mayo, una parte de mi interés gira alrededor de él y su obra. Debemos hacer libros suyos, pero la verdad es que salvo contadas ocasiones los leo, ya que otra parte del equipo los hace, pero este año decidí ponerme más a la mano con él. Ese Alfonso Reyes monumental, lejano, casi una sombra brillosa por la institucionalidad, de la que a veces, confieso, no entiendo toda la alaraca que se hace a su alrededor. Y luego veo, como en el gimnasio, que se mantiene por un puñado de estudiosos que, no son un puñado, sino mucho más. Y, sin querer, yo me he hecho parte de esa familia alfonsina. Por eso, vuelvo a esto, este año he decidido ponerme más a tono. Por eso leí los cuentos, reseñados aquí, pero también he releído o me he reencontrado con su Visión de Anáhuac, la Oración del 9 de febrero, La Saeta, Parentalia, entre otros libros. Y esta semana al fin pude leer este trabajo monumental de Javier Garciadiego, Sólo puede sernos ajeno lo que ignoramos. Ensayo biográfico sobre Alfonso Reyes. Y digo monumental porque lo es, y al mismo tiempo, sin academicismos, más como una charla entre amigos, con señales puntuales sobre la vida y obra. En parte, me parece un libro bifronte, el texto que es rico en anécdotas y que arma la vida del regiomontano, y las notas, eruditas, que abren y profundizan la conversación, atañen al dato duro, que complementa con inteligencia lo que se lee. De esta manera, tenemos un volumen complejo y completo, de amigo y de estudioso, que logra desentrañarnos una vida, la del hijo que durante toda su vida no se perdonó pedirle a su padre que no se sublevara contra Madero; sublevación, que habría de terminar con su muerte en el inicio de la decena trágica y que inauguró una etapa sangrienta, acaso la mayor, dentro de la historia de la Revolución mexicana. Este Reyes de Javier Garciadiego, es un Reyes sífico. Un hombre que todo el tiempo está rodando algo para no alcanzar nada, aunque en el trayecto construya tantas cosas acaso como una marginalia, pero da la impresión de que Reyes nunca tuvo tiempo para ser Alfonso Reyes. Es decir, el verdadero Alfonso que pudo ser, porque primero tenía que ser el hijo que su padre quería, el general Bernardo Reyes, luego el que Henriquez Ureña quería, luego el que debía ganarse el sustento en París y Madrid, luego el que debía sortear las viscitidudes diplomáticas en Argentina, España, Francia y Brasil, luego el que tuvo que tener el encargo de dirigir El Colegio de México, El Colegio Nacional y la Academia Mexicana de la Lengua. Y en suma, el Reyes que no pudo escribir su obra porque tenía que escribir otra obra para poder sobrevivir. Es un libro duro, pero hermoso al final, claro y conciso. Un trabajo monumental que enternece en sus últimos párrafos.Hasta aquí llegan los días alcióneos, parece decir a fin de cuentas Garciadiego, todo lo que salga de aquí será imputado a la memoria de Reyes. En fin, me gustó el libro, me permitió conocer a detalle una cronología vital que conocía a dentelladas, me enternece que Reyes haya amado a su Marlen en Brasil, a su Nieves Gonnet en Argentina, que sufra porque su hijo se casa con su tía, que viva hipocondriaco, que no se recupere del sacrificio paterno, de la reticencia a su hermano, que sea un señor de su tiempo, para bien y para mal. Reyes tuvo tantas historias de libros propios mal editados que una cosa sí me queda claro: estaría feliz con las ediciones que hacemos de sus libros.


520 p

El Colegio Nacional

Universidad Autónoma de Nuevo León

Saturday, June 21, 2025

El cielo, Nona Fernández

Marion, Blanca, Emilia, Maltés, Dante, Tadeo, Bruno, la Gringa, Teresa, Julio, Mara y la narradora del cuento que le da título al libro no son sólo relatos, sino vidas que Nona Fernández desenvuelve ante el lector para jugar con ellos una danza de espejos en los que cada uno de ellos es el otro, se desdobla, adopta las inciertas particularidades del otro para ser él por momentos, particularmente en momentos de soledad. Esto, ser el doble, se establece desde el primer cuento, y para mi gusto el mejor del volumén: "Marion". Un fotógrafo, recién divorciado, se instala en un departamento con la intención de vivir al fin su vida como desea, pero no sabe que en el sitio están ocultas unas cajas con la vida del inquilino anterior, Luis. Las cajas le son reveladas por Antonio, la vecina del piso de abajo, quien dice que Luis era alguien importante y que se había ido. Dentro de las cajas hay una con fotos y discos y, en la de fotos, el fotógrafo encuentra un envoltorio con fotos desenfocadas de Marion. Cuando ésta aparece en el departamento y lo llama Luis, y lo confunde con Luis, el fotógrafo sin saber empezará este juego de suplantación de Luis que lo hace generar las mismas dinámicas que Luis tenía con Marion y con Antonia. Así el relato se vuelve una trampa y nos regresa de manera circular al inicio del cuento. La prosa además construye una gran atmósfera enrarecida, gris. Creo que eso es también una cualidad del libro: todos los cuentos, por alguna razón, me los imaginé en blanco y sus escalas de gris, como películas de hace mucho, que avanzan lento, con planos y encuadres que magnifican las escenas. Al final, en "Maltés", asistimos al juego final del libro, en el que parece ser que todos los relatos que hemos leído, han sido escritos por la Gringa, quien a veces, suplanta sin saber a Maltés, un célebre escritor que habita una buhardilla, y al que su novio, quien originalmente es el escritor del cuento, termina por suplantar o tal vez ella a él... imposible saberlo. Así, este cielo es un juego de suplantaciones, de dobles, de hijos que se llaman igual que padres, abuelos, mujeres que suplantan a otras. Una cosa es cierta: para que esto ocurra, sólo es posible mediante el delirio de la enfermedad, la agonía o cierta depresión. No todos los relatos terminan así, acaso el de las suelas de "Zapato roto" deja algo de esperanza, aunque el cuento no tenga ninguna en su narración. Me gustó mucho el libro.

Editorial Cuarto propio

165 p