El autor de Farabeuf, logra en Elsinore un retrato mágico, nostálgico y cruel también, de su estancia en al academia militar de Elsinore, en California. De la mano de una prosa eficaz, de una velocidad narrativa amena y de una fuerza por recuperar los detalles, Elizondo nos muestra a la sociedad norteamericana en los meses posteriores al fin de la segunda guerra mundial, a una ciudad de LA atiborrada de marineros y soldados sin empleo. Se ufana de ellos en una oración: "así que este pueblo es el que ganó la guerra", dice Elizondo al ver los bares de mala muerte, las filas de prostitutas, los pleitos afuera de las cantinas.
La vida en Elsinore se ve ambientada por los mexicanos que viven en las barracas, por Bela Lugosi quien vive en una de las pocas casas cerca de la academia y por alemanes juguetones y robustos que mas parecen muñecos. Elizondo se dedica a vender, a fumar lejos hasta que decide huir junto con Fred. Es especial esa parte del libro con Elizondo y Fred a bordo de una lancha a mitad del lago y cubiertos por la niebla. Ese segmento los vuelve hermanos de otros personajes literarios, tiene el mismo espíritu de Tom Sayer y Finn mientras navegan el río o los presos que rescatan damnificados en Las palmeras Salvajes de Faulkner.
Al final qué son los recuerdos. Para Elizondo es : " un sueño agotado, igual que la memoria, la escritura, la insipiración..." Sin embargo, al leerlo, es posible ver esos gallineros, a Bela Lugosi escondido en su casa, al campanario de la iglesia con su cruz luminosa que alumbra la soledad y la neblina de un lago agotado.
inicio lectura: 17 de noviembre
fin lectura: 18 de noviembre
pp. 116
editorial: CONACULTA
ubicación: ciudad de México
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