Bernardo Atxaga, Almudena Grandes, Rosa Montero, Quim Monzó y Manuel Rivas ofrecen en este breve volumen de relatos una abanico muy interesante de posibilidades para contar una historia. El libro es producto de un experimento del diario El país. Invitar a los autores a escribir cuentos urbanos. Así, cada autor se puso a la tarea y el resultado es interesante. La vida pulsa en estas páginas, desde en la locura de una anciana que piensa que un ganster de la televisión irá asesinarla, en la historia de una mujer que envenena a su pareja, un lanzador de cuchillos, hasta en el acto casi desesperado de una mujer que se desnuda en el balcón de su departamento para atraer al hombre que le gusta.
Sin embargo, mención especial merecen los cuentos de Bernardo Atxaga y de Quim Monzó. En el primero, Atxaga realiza un experimento de cómo contar un cuento y cómo un cuento puede ser muchas historias o partir de muchas historias y en el segundo, Quim Monzó muestra con una capacidad narrativa excepcional, la historia de un mentiroso que cuenta una gran mentira y la de un actor de teatro cansado de representar la misma historia pero imposibilitado también para salir de esa. Si el cuento tiene un rapto, una mirada sorprendente, diría que todos los cuentos de este libro lo tienen: En Atxaga es ese viejo que hace gimnasia, en Grandes es ese momento cuando la mujer se desnuda, en Montero ese breve instante en el cual el lanzador de cuchillos decide, todas las noches, no matar a su mujer en el acto circense al descubrir, apenas por un segundo, el amor que se tenía, en Monzó es ese instante donde el actor, de sólo imaginar que otro haría su papel, le viene un escalofrío terrible y en Rivas, esa dulce venganza cuando le dice a un enemigo: "Cuide de su madre, lo necesita."
Hay muchas formas de contar historias. En este libro hay cinco miradas que alumbran desde la soledad hasta el desamor.
inicio lectura: 17 de noviembre
fin lectura: 17 de noviembre
editorial: Alfaguara
pp. 114
ubicación: ciudad de México
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