Una mujer con cáncer espera la muerte junto a un pordiosero negro en una Sudáfrica envuelta en la violencia. Son dos seres marginados, olvidados, dos seres no de hierro mientras ven cómo a su lado caen los niños y se incendian las ciudades. J.M. Coetzee tiene un sitio seguro en la historia de la literatura mundial al recrear con esta sutil rudeza el conflicto entre dos mundos que no se soportan pero deben de vivir juntos. En La edad de hierro este mundo tiene muchos niveles: la sordera de la guerra entre blancos y negros, la sordera entre Tabhane y la señora Cunner, la domesticada indeferencia de Vercuil contra la señora Cunner, el diálogo inconcluso entre una madre y una hija.
Pero en el fondo de esta novela, también se habla de las prisiones del alma, del cuerpo, del amor, como un pájaro dodo encerrado en su jaula, incapaz de reproducirse. Coetzee describe y narra la vida de estos seres perdidos y consumidos por un incendio que no los mata. Al final, como dice la protagonista del libro, sólo quedarán los rostros demacrados y polvorientos bajo la tierra, tan fácil de salir al rascar el suelo y mostrarnos su desnuda palidez.
inicio lectura: 9 de noviembre
fin lectura: 14 de noviembre
editorial: Random House Mondadori
pp. 223
ubicación: ciudad de México.
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