Friday, September 19, 2025
Los vendedores de almas, Alejandro Páez Varela
La Genara, Rosina Conde
Sunday, September 14, 2025
Li, Nicos Cavadias
Saturday, September 13, 2025
Raíz que no desaparece, Alma Delia Murillo
Esta historia inicia el día que desmontan la palmera de Reforma, la mítica palmera de Reforma en la glorieta de Insurgentes y Río Rhin. En el acto, una mujer que busca a su hijo intenta hurgar en las raíces de la misma porque soñó a su hijo y en el sueño éste le indicaba que se encontraba debajo de un árbol con troncos y raíces negras. Este es el punto de partida para esta novela que indaga en los elementos inquietantes de la desaparición por violencia de personas en México, además de la relación simbiótica de nuestra naturaleza con la naturaleza de los árboles. La periodista se suma a un grupo de buscadoras en donde intima con Ada, la mujer de la glorieta, y con un joven empleado de la fiscalía. Lo interesante y más poético de este libro, es que la búsqueda inicia en los sueños: los sueños que tienen las madres y padres de familia de personas desaparecidas y en dónde éstos les indican que se encuentra su última morada. Un libro ligero, construido con sueños, cartas, biografías reales de personas desaparecidas y una periodista que a pesar de transitar por una separación amorosa, se enlaza también a ayudar a encontrar el cuerpo, al menos un cuerpo de los más de 125 mil que hay en nuestro país, con cifras aumentando.
242 páginas
Alfaguara
Wednesday, September 03, 2025
El hombre de barro, Adriana García Roel
Este libro es un clásico en la literatura del norte de México y, específicamente, del noreste. Adriana García Roel era una autora muy joven cuando obtuvo un premio por esta novela que está emparentada mucho con un estilo de novela de ese tiempo que hacía el retrato de las sociedades campesinas o en las periferias de las ciudades, y lo hacía con el retrato -literario- del lenguaje de esas comunidades. Aunque la novela, entonces sí toca cierto costumbrismo, logra salir airosa del solo retrato de la vida campesina y me parece que es algo más allá. La historia inicia con un zoom: el narrador, un hombre del que no sabemos mucho, pero funge como un testigo bienhechor, ya que ayuda a la comunidad a la que se acerca, nos dice que, cerca del río que llega al pueblo, pero más arriba, en la sierra, hay un puñado de jacales en donde vive un grupo de personas a las que él va a conocer. Así, jacal por jacal, nos presente a sus habitantes, sus cuitas, sus dolores, sus amores, sus esperanzas y también sus tristezas. La novela avanza pues, como un conjunto de relatos de diversas personas, la chica que usa crema de víbora para curarse unos granos, los jóvenes enamorados que se envían cartas, el dueño de la tienda de la localidad, que lo mismo venden artefactos prácticos para la vida en el campo como amuletos, aceites y "güesos de gigantes" para curar empachos y cólicos. Cada historia nos acerca a cierto tipo de miseria, debo decir que el capítulo que más me gustó y más me hizo reaccionar fue el del pequeño niño con hidrocefalia que muere pronto y la manera como se retrata el funeral y el dolor son muy buenos. También la primera historia, la del parto de Nativas, y las del grupo de burreros que llegan a la localidad me agradaron tanto como la narración del río manso que se vuelve venida de agua tras una tormenta y acaba con todo. Hasta aparecen las "cocas guisadas", ¡gran receta! Y lo mejor de la obra es que el lenguaje salta entre la captura del argot campesino con largas y bellas descripciones sobre la sierra, sobre el río, el silencio y la noche en la montaña. Me recordó mucho a Rulfo, sobre todo el del Llano en llamas, porque si en aquel hay venidas de ríos, acá también, si allá hay líos de faldas, en este también, si en aquel hay santos herejes, lo mismo ocurre en El hombre de barro, cuya idea final es esa: que solo somos barro dentro del barro, barro cubierto del barro final de nuestra tumba.
304 p.
Fondo Editorial Nuevo León
Universidad Autónoma de Nuevo León
Sunday, August 31, 2025
La noche y el día de Ayami, Bae Suah
Compré este libro hace relativamente poco tiempo y, como me volví a enganchar con la lectura, me di tiempo de leerlo el día de ayer. Además es corto, así que no representó mucho tiempo. Está traducido por Ana Barragán. Ahora dicho esto, no lo entendí. O el libro no era para mí. O me pareció un libro algo tramposo. Como cuando no se tiene algo que contar, pero se introducen perspectivas y elementos de relleno, auxiliares que den páginas. La idea es interesante: una mujer atiende un teatro para ciegos, es decir, donde sólo se reproducen sonidos y se lee, actoralmente, un libro. Sin embargo, la novela nos sitúa justo en el último día que este auditorio estará abierto porque la "fundación" de la que no se dice más, supongo que ha de ser alguna entidad coreana -sí, el libro ocurre en Seúl-, decide dejar de subvencionarlo para en su lugar poner ahora una galería de arte que, misteriosamente, funciona también de la noche a la mañana. Ayami, que después sabremos que también tiene el nombre de Yeoni, fue una una niña huérfana, que vive con una anciana que recibe unas pastillas azules que le entrega un hombre, Buhda, que incluye un capítulo de su vida en la novela, en fin. Hay repeticiones de personajes, de ciertas imágenes como vestidos de algodón demasiado almidonados, fotos, etcétera. La novela busca encontrar un tono, un atmósfera que sí logran novelas contenidas como las de Yoko Ogawa, en donde hay una fragilidad que permea las acciones de los personajes, pero me parece que aquí no lo logra. Bae Suah es un escritor célebre el Corea, y además, este libro lleva ya cinco ediciones, pero no pude conectar con él. Al final, el día y la noche de Ayami se volvió caótico para mí, no logré entrar en su propuesta y, como me dijeron hace tiempo, no todo termina bien ni tienes que estar en paz con todo lo que te sucede. Así que, bueno, si he de rescatar algo, es la idea de un teatro para ciegos. Esa idea me encantó. Creo que es un gran punto de partida para una novela que no sea ésta.
122 p
Shiro Libros
Wednesday, August 27, 2025
La noche de las reinas, Vicente Alfonso
Saturday, August 23, 2025
La caja de colores, Arturo Cantú
Qué hermoso libro es La caja de colores de Arturo Cantú. Cantú fue uno de los pioneros de la literatura regiomontana a mediados del siglo XX y algunos años posteriores hasta que finalmente migró a la Ciudad de México para ocupar distintos puestos de la burocracia federal. En este breve pero luminoso libro, que podríamos emparentar con Las manos de mamá de Nellie Campobello, Cantú hace un retrato fragmentando -no sé si podría ser de otra forma un retrato sobre la madre- de la suya. Y nos la presenta a partir de su próxima muerte, que ya ella y él presienten. Pero, lo que hace Arturo Cantú, en estas memorias, es que nos lleva no a la muerte, sino al momento en el que su madre le reveló que un día ella y todos, habríamos de morir. Cantú retrata con calidez esa mirada infantil, del niño que cree que existe la inmortalidad hasta que es justo su madre quien le aclara que no, que todos habremos de morir. Entonces, él vuelve el rostro para ver a esa mujer que ama, esa gran mujer con su vestido verde, sus lazos, su fuerza, que lo lleva entre las calles del centro y no puede creer que esa mujer morirá. El resto de la obra gira alrededor de la infancia, de las visitas a la madrina, del estar en el mundo entre juegos y aventuras. Es un libro pequeño, no pasará de las 90 páginas, pero es un libro hermoso. Y refuerza, claro, toda esta teoría del amor maternal, todas estas reescrituras de la muerte como memoria. El título del libro justo tiene que ver con esto que les relato. La edición tiene además muchas imágenes de Gerardo Cantú, pero me distrajeron, la verdad, porque va con esa idea de que hay que ilustrar los libros, pero éste acepta dos cosas nada más: cero ilustraciones o bien, ilustraciones que sí vayan acorde con lo se escribe. Como sea no hace mella en lo sustancial: un libro poderoso, sensible, como pocos hay en la literatura mexicana contemporánea.
80 pag.
Universidad Autónoma de Nuevo León
Thursday, August 14, 2025
69 grados norte, donde habitan los silencios, María-Fernanda González Rojas
Sunday, July 27, 2025
La famosa invasión de los osos a Sicilia, Dino Buzzati
Hace tiempo que no leía un libro tan bonito en la lIJ... aunque también debo decir que han pasado más de 80 años desde su publicación, pero tiene ese aire clásico que sólo logran tener los verdaderos libros imprescindibles. Dino Buzzati es, además, un clásico autor italiano con textos para todo público al que en realidad no conocía pero, ¡ay, cuántos grandes y buenos autores y autoras nunca conoceremos! La historia es en apariencia sencilla: el rey de osos, Leoncio, sufre algo irreparable: unos cazadores le roban a su osezno, Tonio. Apenado por lo recuperarlo, decide no contarle a nadie el verdadero motivo de su desaparición. Con los años, la vida de los osos en las cumbres de las montañas de Sicilia, los obligan a bajar al valle para no pasar hambres y, liderados por Leoncio, se lanzan a la aventura. Sin embargo, el valle tiene un rey, el malvado gran Duque, con fortalezas, bestias míticas, fantasmas y un mago, De Ambrosiis, quien tiene una varita mágica que sólo sirve para hacer dos hechizos y no más. Con estos elementos, Buzzati crea una fábula que habla de sistemas totalitarios, amor entre padres e hijos, corrupción y burocracia, fantasía, etcétera. La obra tiene dos grandes apartados, escritos al parecer en dos momentos o, bien, alimentados por dos intenciones. La primera, que fue publicada en un diario italiano durante la guerra, narra el avance de los osos hacia la capital de Sicilia -una Sicilia que ya no existe, ni sus montañas ni sus castillos, ni sus ríos, pero que es la Sicilia actual, dice con entrañable premisa mágica el autor. Y en el avance, de encuentran con ejércitos, castillos encantados, ejércitos fantásticos, hombres valientes y esta parte es maravillosa. Vibra la inteligencia fantástica de Buzzati, la capacidad para crear alegorías, sueños, la intervención de una fantasía fabulosa. Luego, viene la segunda parte, mucho más sosegada, pero que nos habla, de los mismos osos, pero ya en su contacto con los hombres y los hombres, bueno, parece que corrompemos todo lo que tocamos. No contaré más de la historia, pero hasta sus últimas páginas es elocuente, precisa y simbólica. Hace días, charlando con un grupo de autores de LIJ en formación, les contaba sobre esta doble lectura de la LIJ, la que vuelve un libro para niños, en todos los públicos y no al revés. Gran libro, será de mis preferidos. Ahora intentaré ver la película.
Gallo Nero
176 p
Monday, July 21, 2025
A golpe de linterna. Tomo I. Pioneras. Antología de Liliana Pedroza
Sunday, July 13, 2025
La visitante, Alberto Chimal
Gabriela tiene el don de hablar con los muertos o bien, con quienes están en la frontera entre los vivos y los muertos. Y, de entre todas las personas con las que puede hablar, se encuentra una, su abuela o madre Azucena, como le llama. Y su abuela le advierte que algo malo le puede ocurrir en el futuro, pero Gabriela olvida todo o casi todo lo que su abuela le dice en sueños, hasta que finalmente va a necesitar escucharla, cuando sea casi demasiado tarde. Así inicia La visitante de Alberto Chimal, una novela que, dice la contraportada, es un thriller escalofriante, pero yo más bien creo que es una novela amena y bien contada, con sus rasgos de humor, de fantasía, pero también de belleza y soltura. Gabriela ha crecido y vive ahora con su sobrina Marisol, quien asiste los fines de semana a un grupo de teatro que dirige Teodoro, un célebre director de las compañías de teatro universitario. A Gabriela, educada por un padre conservador y una madre sumisa, aquello que hace Marisol le parece inquietante, prohibido y claro, atractivo. Por eso, aunque con miedo, no tardará en enrolarse al grupo pero, tras una actividad, algo en ella despierta, algo que no pensaba que podría tener y que, al parecer tiene que ver con las chicas muertas durante la matanza del Jueves de Corpus en la Ciudad de México. Con este punto de partida, aunque con esto que les cuento la novela ya va más allá de la mitad, Alberto construye una novela interesante y entrañable, en donde se revela el mundo del teatro universitario. Los ensayos, el montaje, las revanchas, los celos, el retrato de una Distrito Federal de los años 70, con su censura, su tráfico y su pasado, son aquí personajes por sí solos de la trama que rodea a Gabriela y a su prima, Marisol. Hay entraña y afecto en estas páginas, pero no les contaré de qué más va la historia, pero tiene sus personajes siniestros, sin duda. Acaso sólo agregaré que pocas novelas transmiten el amor por el teatro como ésta, y Gabriela es un gran, gran personaje.
272 p
Planeta.
Monday, July 07, 2025
Ejercicios de dactilografía, Ramiro Sanchiz
Elogio del caminar, Leslie Stephen
Siempre he pesando que caminar es uno de los ejercicios más limpios del mundo. Pero es eso, es un ejercicio. No un hobbie. Y debería serlo, porque caminar siempre supone un encuentro con uno mismo. El libro que leí fue Elogio del caminar, de Leslie Stephen, padre, además de Virginia Wolf. En este breve y rico ensayo, Leslie habla sobre los grandes peripatéticos de su tiempo, esos grandes caminadores que solían hacer de 40 a 50 kilómetros diarios y lo que suponía ese encuentro con las cañadas, los valles, las casas en donde otros caminantes habían vivido, como Wordsworth. Mi alma está encaminada por una emoción pedestre, dice en algún momento Leslie. Y sí, caminar era una manera de materializar el espíritu cuando no había más que paisajes por ser descubiertos.El libro es rico en reflexiones sobre el arte de caminar, sobre la mirada hacia el horizonte, sobre los viejos circuitos entre los árboles, pero también es una bibliografía indirecta de los autores ingleses del siglo XIX que tenían el oficio y el gusto por caminar. "Conocí entonces la deliciosa independencia y desapego que uno disfruta durante un viaje a pie". La última sección es una diatriba, claro, contra los otros grandes consumidores de trayectorias de ese tiempo: los ciclistas, pero Leslie hace también hincapié en que, incluso caminar en el Londres de esa época debería ser algo disfrutable. Las vistas, el camino, debería ser esta una reseña más amplia, pero no lo será. Disfruté mucho el libro. Breve, con ilustraciones de Manuel Marsol. Solo queda una invitación, ir a caminar.
64 p
Nórdica libros
Saturday, June 28, 2025
Sólo puede sernos ajeno lo que ignoramos, Ensayo biográfico sobre Alfonso Reyes, Javier Garciadiego.
Cada año escucho sobre Alfonso Reyes, es decir, de mis últimos nueve años, cada mayo o antes de mayo, una parte de mi interés gira alrededor de él y su obra. Debemos hacer libros suyos, pero la verdad es que salvo contadas ocasiones los leo, ya que otra parte del equipo los hace, pero este año decidí ponerme más a la mano con él. Ese Alfonso Reyes monumental, lejano, casi una sombra brillosa por la institucionalidad, de la que a veces, confieso, no entiendo toda la alaraca que se hace a su alrededor. Y luego veo, como en el gimnasio, que se mantiene por un puñado de estudiosos que, no son un puñado, sino mucho más. Y, sin querer, yo me he hecho parte de esa familia alfonsina. Por eso, vuelvo a esto, este año he decidido ponerme más a tono. Por eso leí los cuentos, reseñados aquí, pero también he releído o me he reencontrado con su Visión de Anáhuac, la Oración del 9 de febrero, La Saeta, Parentalia, entre otros libros. Y esta semana al fin pude leer este trabajo monumental de Javier Garciadiego, Sólo puede sernos ajeno lo que ignoramos. Ensayo biográfico sobre Alfonso Reyes. Y digo monumental porque lo es, y al mismo tiempo, sin academicismos, más como una charla entre amigos, con señales puntuales sobre la vida y obra. En parte, me parece un libro bifronte, el texto que es rico en anécdotas y que arma la vida del regiomontano, y las notas, eruditas, que abren y profundizan la conversación, atañen al dato duro, que complementa con inteligencia lo que se lee. De esta manera, tenemos un volumen complejo y completo, de amigo y de estudioso, que logra desentrañarnos una vida, la del hijo que durante toda su vida no se perdonó pedirle a su padre que no se sublevara contra Madero; sublevación, que habría de terminar con su muerte en el inicio de la decena trágica y que inauguró una etapa sangrienta, acaso la mayor, dentro de la historia de la Revolución mexicana. Este Reyes de Javier Garciadiego, es un Reyes sífico. Un hombre que todo el tiempo está rodando algo para no alcanzar nada, aunque en el trayecto construya tantas cosas acaso como una marginalia, pero da la impresión de que Reyes nunca tuvo tiempo para ser Alfonso Reyes. Es decir, el verdadero Alfonso que pudo ser, porque primero tenía que ser el hijo que su padre quería, el general Bernardo Reyes, luego el que Henriquez Ureña quería, luego el que debía ganarse el sustento en París y Madrid, luego el que debía sortear las viscitidudes diplomáticas en Argentina, España, Francia y Brasil, luego el que tuvo que tener el encargo de dirigir El Colegio de México, El Colegio Nacional y la Academia Mexicana de la Lengua. Y en suma, el Reyes que no pudo escribir su obra porque tenía que escribir otra obra para poder sobrevivir. Es un libro duro, pero hermoso al final, claro y conciso. Un trabajo monumental que enternece en sus últimos párrafos.Hasta aquí llegan los días alcióneos, parece decir a fin de cuentas Garciadiego, todo lo que salga de aquí será imputado a la memoria de Reyes. En fin, me gustó el libro, me permitió conocer a detalle una cronología vital que conocía a dentelladas, me enternece que Reyes haya amado a su Marlen en Brasil, a su Nieves Gonnet en Argentina, que sufra porque su hijo se casa con su tía, que viva hipocondriaco, que no se recupere del sacrificio paterno, de la reticencia a su hermano, que sea un señor de su tiempo, para bien y para mal. Reyes tuvo tantas historias de libros propios mal editados que una cosa sí me queda claro: estaría feliz con las ediciones que hacemos de sus libros.
520 p
El Colegio Nacional
Universidad Autónoma de Nuevo León
Saturday, June 21, 2025
El cielo, Nona Fernández
Marion, Blanca, Emilia, Maltés, Dante, Tadeo, Bruno, la Gringa, Teresa, Julio, Mara y la narradora del cuento que le da título al libro no son sólo relatos, sino vidas que Nona Fernández desenvuelve ante el lector para jugar con ellos una danza de espejos en los que cada uno de ellos es el otro, se desdobla, adopta las inciertas particularidades del otro para ser él por momentos, particularmente en momentos de soledad. Esto, ser el doble, se establece desde el primer cuento, y para mi gusto el mejor del volumén: "Marion". Un fotógrafo, recién divorciado, se instala en un departamento con la intención de vivir al fin su vida como desea, pero no sabe que en el sitio están ocultas unas cajas con la vida del inquilino anterior, Luis. Las cajas le son reveladas por Antonio, la vecina del piso de abajo, quien dice que Luis era alguien importante y que se había ido. Dentro de las cajas hay una con fotos y discos y, en la de fotos, el fotógrafo encuentra un envoltorio con fotos desenfocadas de Marion. Cuando ésta aparece en el departamento y lo llama Luis, y lo confunde con Luis, el fotógrafo sin saber empezará este juego de suplantación de Luis que lo hace generar las mismas dinámicas que Luis tenía con Marion y con Antonia. Así el relato se vuelve una trampa y nos regresa de manera circular al inicio del cuento. La prosa además construye una gran atmósfera enrarecida, gris. Creo que eso es también una cualidad del libro: todos los cuentos, por alguna razón, me los imaginé en blanco y sus escalas de gris, como películas de hace mucho, que avanzan lento, con planos y encuadres que magnifican las escenas. Al final, en "Maltés", asistimos al juego final del libro, en el que parece ser que todos los relatos que hemos leído, han sido escritos por la Gringa, quien a veces, suplanta sin saber a Maltés, un célebre escritor que habita una buhardilla, y al que su novio, quien originalmente es el escritor del cuento, termina por suplantar o tal vez ella a él... imposible saberlo. Así, este cielo es un juego de suplantaciones, de dobles, de hijos que se llaman igual que padres, abuelos, mujeres que suplantan a otras. Una cosa es cierta: para que esto ocurra, sólo es posible mediante el delirio de la enfermedad, la agonía o cierta depresión. No todos los relatos terminan así, acaso el de las suelas de "Zapato roto" deja algo de esperanza, aunque el cuento no tenga ninguna en su narración. Me gustó mucho el libro.
Editorial Cuarto propio
165 p
Monday, June 16, 2025
Mi guerra ajena, Marina Colasanti
Compré este libro en una feliz Feria del Libro de Guadalajara en la que todo era normal. Iba por el pasillo de las editoriales infantiles, charlaba con unas mediadoras de lectura y luego lo vi: Mi guerra ajena, Marina Colasanti. Sólo quedaba un ejemplar y se lo arrebaté a una colega. De entonces a la fecha, pasó otra vida y finalmente la semana pasada lo empecé a leer. Yo sé de la trayectoria de la escritora, pero la verdad es que nunca la había leído. Me gustan las biografías o memorias de autores, como Volando solo de Roal Dahl, y Mi guerra ajena no me defraudó. Una niña Colasanti narra las peripecias de su infancia en medio de la Segunda Guerra Mundial, su primera residencia en Asmara, donde su padre, soldado del Duce, ha sido enrolado tras la conquista de Etiopía. Desde ahí saldrá a su segunda casa, Italia, y en donde pasará de ciudad en ciudad huyendo de la guerra, hasta que finalmente su destino la pone en dirección a Brasil. Pero en ese periplo, Colasanti nos habla de otras cosas en realidad: de la vida y sus carencias, de la gente, de plazas de árboles tras muros secretos, del sabor extraño de la achicoria que sustituye el café, de su joven cuidadora, Gina, que una tarde maldita encontrará a tres soldados alemanes que la dejarán casi muerta en un campo, del padre, Mamfredo, que ama la guerra, de la madre seria que mira por los balcones de los cuartos rentados en un hotel. Y habla de las castañas que se encuentran por azar y salvan la hambruna, y los bombarderos y en estar en el filo de las ventanas. Habla de la cocina y las pastas de la abuela, del hermano, de la confección de vestuarios para películas que hace su tío para la Cinecitá. Es una biografía, una memoria de la infancia que, como toda buena memoria de la infancia, desafía el mundo de los adultos. Hace días leí otro libro sobre cómo los niños lo saben todo y es cierto. De todo lo que cuenta Colasanti, me quedo con esta escena: su padre, soldado, (de hecho así empieza la memoria, con la boda de los padres). Ella ha crecido viendo soldados, a valerosos soldados italianos que han peleado en África y en el norte de Italia. Para ella, los soldados italianos son muestra de honor y gallardía, pero cuando viaja a Brasil, a un Brasil que estuvo del lado de quienes ganaron la guerra, descubre que para los niños de la plaza por donde vive, los soldados italianos son muestra de cobardía, de gazapos, de cosa perdida. Y Colasanti se enfrenta a eso, les dice que ella sí los vio luchar, que los vio marchar, que los vio ganar y perder y ganar la guerra. Pero los niños no entienden. Yo sí sufrí los bombarderos, yo sí vi las tanquetas, las bombas, etcétera. Pero los niños se ríen, se mofan de sus valerosos soldados. Esa escena me rompe el corazón, ahí está toda la fragilidad humana, el otro, el yo, puestos en juego por la maquinaria de la violencia y la publicidad. En fin, qué bellas memorias. Tan bien escritas. Tan humanas. Tratándose de Marina Colasanti no podían ser de otra manera.
Babel libros
396 p
Monday, June 09, 2025
Bravas, Nuria Kaiser
Saturday, June 07, 2025
Más allá de la carne, Jazmín García Vázquez.
Me parece que, de un tiempo para acá, la literatura de terror escrita por mujeres se ha puesto de moda, sin duda por la fuerte influencia de ciertas novelas también escritas por mujeres en Latinoamérica. El punto en común es que existe, en estos libros, una reivindicación de la bruja o santera o mujer sabia, que guía a las otras mujeres a una especie de revelación que las liberará del patriarcado, para ejercer de nuevo un matriarcado como ha sido en tiempos pasados. En este conjunto de cuentos, me parece, salva con mucha dignidad el uso de este personaje y hay una frase que lo dice con mucha claridad en el cuento de "No existen las brujas", en donde un par de hermanas asiste con una mujer para que le ayude a una de ellas a despojarla del feto que lleva en su interior, producto de la violación del padrastro: "Pude ser la curandera, o la mujer sabia, pero no, ellas decidieron que sería la bruja". Esta sencilla aseveración me parece, es luminosa para una buena parte de la literatura latinoamericana sobre este tema porque aclara, refleja y despoja del misticismo que suele rodear a las brujas que, en este libro, son impulsoras de una revelación para las mujeres en un feminismo que empodera. Entonces, en estos cuentos, hay brujas, mujeres sabias que ayudan a otras mujeres a encontrar su bestialismo, pero también a redimirse. Y hay fantasmas que han olvidado que lo son, actos mágicos, fetos enterrados bajo los árboles, persecuciones orquestadas por los hombres contra las mujeres, etcétera. Pero, a diferencia de otros cuentos que buscan señalar el acoso del hombre y el empoderamiento de la mujer, aquí no se siente la agenda. Y creo que por eso, es mucho más valioso este libro y para muestra "Coyotes", un hermoso relato de amor entre una madre y su hija, entre la naturaleza y la noche y sus hijas, las jóvenes y adultas, las mujeres que encuentran un espacio de paz. Dice Virginia Wolf que toda mujer necesita un cuarto propio, pero este cuento de Jazmín García Vázquez parece decirnos que Virginia se queda corta: busca otro espacio para estar encerrada en sí. No, dice Jazmín, en el fondo, toda mujer necesita un bosque propio para estar con sus hermanas y la noche.
106 p
editorial Reverberante
Rosario Tijeras, Jorge Franco
Los días perfectos, Jacobo Bergareche
Compré esta novela al vuelo, confiado en lo que decía el cintillo (ojo aquí, editores noveles, estas cosas sí funcionan) sobre la cantidad de libros vendidos y luego, cuando leí la contraportada (ojo aquí también, editores noveles, una buena contraportada funciona aún mejor) y ambas lecturas le dieron la razón al libro. Los días perfectos es un libro que además me ha destrabado, que me ha podido dar un empujón a un par de ideas felices -y puede que tristes también-. La idea de que entre la nada y el dolor, prefiero el dolor, como dice Faulker en Las palmeras salvajes y como repite Faulker a su amante Meta Carpenter en una carta que le envía cuando su relación apenas empieza. La traducción dice pena, en lugar de dolor, pero creo que dolor es lo real. Cuando uno termina una relación solo queda el dolor que oscurece esa otra cosa que también ocurre en las relaciones: los días perfectos. Esos días perfectos que también solemos tener con las personas que vamos amando con la vida. Sí, porque no sólo se ama una vez y para siempre, sino muchas veces y por momentos que permiten, que en ocasiones, ese amor para toda la vida no termine por desgastarse y perdure conformado por otras cosas. Al menos esta es la tesis central de esta breve pero emocionante y liberadora novela. Luis se embarca a Austin a ver a su amante de los últimos dos años, a la que suele ver unos dos o tres días cuando coinciden sendos congresos de arquitectura y de periodismo. Pero ya en Austin, recibe un escueto mensaje de ella, de Camila, donde le avisa que a último momento su marido decidió acompañarla, que dejen todo ya mejor en el recuerdo. Desbalanceado, Luis se encierra en el Harry Ramson center en donde encuentra las cartas de Faulkner a su amante y con ella reproduce sus días perfectos con Camila, pero también reflexiona sobre sus antiguos días perfectos con Paula, su esposa, y al final mueve sus piezas, porque si hay algo que nos revoluciona es el dolor. El dolor es lo único que, al parecer, nos permite ser más claros con nosotros. La novela es un ensamblaje perfecto: separado por dos cartas: la que Luis le escribe a Camila como último intento, no de recuperarla, sino de resguardar esos días perfectos y a Paula, de cómo recuperar eso que se ha perdido entre ellos. En fin, que es una estupenda novela. O al menos eso creo yo que justo he pasado por estos vericuetos emocionales el último año y que, al final, he pensado, caray, he tenido mis días perfectos en el último año. Y claro que han valido la pena, aunque trajeran dolor.
177 p
Libros del Asteroide
Sunday, June 01, 2025
Las cosas que perdimos en el fuego, Mariana Enríquez
Tuesday, May 27, 2025
Cuentos, Alfonso Reyes
Por el trabajo leer a Alfonso Reyes se ha vuelto una necesidad de año con año. He leído ensayos sobre su relación con su padre, con otros escritores, he leído algunas crónicas de viaje, ciertos poemas, su única obra de teatro, reseñas de películas del cine mudo, reseñas de las que fue pionero junto con Martín Luis Guzmán, he leído sus estancias en París, en Madrid, en Buenos Aires y en Río. También algunos cuentos pero estos más bien dispersos. Cuando se habla de cuentos de Alfonso Reyes, además, casi todas las reflexiones giran alrededor de "La cena", texto entre realista y fantástico, con una bruma mágica, una prosa incomparable, cuento que alteró la manera como un joven Borges escribía -he pensado que es precursor de "El Aleph" y sin duda de Aura, de Carlos Fuentes, en suma, un cuento histórico. Pero a veces lo histórico cansa y me pregunto qué más hay y lo encontré en esta selección de cuentos publicada por Océano y seleccionada por la nieta de Reyes, Alicia. Lo que más me emocionó de este libro son justo los cuentos de Reyes, un hombre ya maduro, que escribió durante su estancia en Brasil, escritos ya sea en Petrópolis o Río. En estos cuentos hay un pulso distinto a otros relatos que he leído de él: hay erotismo, mala entraña, deseo, nostalgia, amores carnales y un hombre que cuenta, no un literato que escribe cuentos de enanitos del espacio. Creo que los mejores son "La Fea", "Calidad metálica", "Los estudios y los juegos". Tres relatos de deseo y amor, de una prosa madura, terrestre, carnal. Nada qué ver con los relatos de más adelante o de atrás, más fantásticos, donde el hombre ya no está en juego, sino el literato. Incluso de sus primeros cuentos, me parece más profundo "Silueta del indio Jesús" que el célebre de "La cena". "Floreal" es un bonito relato poético y sin duda alguna, "La mano del capitán Arana" es otro relato que debe estar en los mejores de la literatura latinoamericana. También me gustó la fábula de "San Jerónimo, el león y el asno". "Encuentro con un diablo" y un retrato real, casi crónica de "Entrevista presidencial". en fin, que es una buena selección, que redimensiona a Reyes para quien tome este libro. Éste fue un gran narrador, es una lástima que le ganó el ensayo y la poesía, donde creo que salvo El sol de Monterrey y Los caballos, lo demás no me emociona mucho. ah, y sus relatos breves también son buenos, sus minificciones. Buen libro, que lees como si fuera de hoy y eso es lo que sí logran los autores clásicos.
Océano
316 o
Saturday, May 10, 2025
Olor a rosas invisibles, Laura Restrepo
Hace tiempo había leído a Olor a rosas invisibles de Laura Restrepo, una autora que admiro mucho. Y no sé qué fue lo que escribí en ese entonces. Creo recordar que pensaba que la historia la contaba un testigo, eso sí, pero que había conocido a los dos personajes y se había enamorado de ella. Y al final encontraba cierta redención en ese amor. Pero, ahora que he vuelto a leer la novela, me parece una novela feliz y triste. Feliz porque, en estas brevísimas 60 páginas, Laura Restrepo hace un canto amoroso a las segundas oportunidades, al reencuentro con los viejos amores que, durante un tiempo, se dan la oportunidad de ser lo que no fueron. Y triste porque, quien cuenta esta historia, no ha tenido nunca la oportunidad de tener uno de esos amores y por eso vive, desde la imaginación y la ficción, el amor de los terceros. Pero lo dice muy bonito: "yo que amo más el olor a rosas invisibles que el de los rosales verdaderos". Y creo que todo lector eso: alguien que ama más el olor a rosas invisible que el de rosales verdaderos. Amamos lo que no es, pero que existe en la imaginación. Y por eso andamos tras libros, autores, historias, que nos complementen. Entonces, es una novela feliz, sí y triste, pero en esa tristeza puede surgir otro rasgo de la belleza: de los que contemplan, que es también en ocasión, tan dichosa como lo que se vive. La historia es simple. Luicé vive, a sus 50 y tantos, un reencuentro con Eloísa, la chica chilena con la que vivió un verano tórrido pero feliz en Roma hasta que la familia de ambos se entera y los separan. tantos años después, se reencuentran, con los sinsabores, la comparación, pero al final la esencia misma del amor intacto. Y todo esto nos lo cuenta un amigo, el amigo con el que Luicé se reunía junto con otros en un bar para justo eso, hablar de los viejos amores. Es un relato tierno, breve, que muestra la gran maestría de Laura Restrepo. Y sí, todos amamos el olor a rosas invisibles en algún momento de nuestras vidas. Todos tendremos una memoria qué rescatar de nuestros días felices.
Editorial Sudamericana
64 p
Thursday, May 08, 2025
Qué hacer con estos pedazos, Piedad Bonnett
Cocodrilos, Magali Velasco
Wednesday, May 07, 2025
Mujer nacida bruja, Denise Martínez
Thursday, May 01, 2025
Nadie es tan fuerte, Pablo Colacrai
A veces encuentras libros de cuento que te dan una rabia porque sabes que no podrás escribir cuentos como esos... ya luego te moderas y sabes que no tienes por qué escribir cuentos como esos si ya hay alguien que los hace y que los siga haciendo por mucho más tiempo. Porque, si los sigue escribiendo por mucho más tiempo, tendrá la oportunidad de, posiblemente, aprender a extraer aún más en su oficio de la sordidez y el candor de la naturaleza humana puesta al servicio del asombro. Todo esto pienso tras leer Nadie es tan fuerte de Pablo Colacrai. Primero debo decir que es un libro de cuentos con muchas caídas en falso. Es decir, en todos los relatos que lo componen, uno avanza como en un pasillo lleno de trampas mortales. No sabes por qué estás tenso, pero lo estás. Si sólo es literatura, te dices, pero de muchas maneras no sólo lo es. Segundo, que cada desenlace es una conversión que no necesariamente revela algo mejor, sino algo, algo que antes no estaba ahí en el cuento y que ahora asoma con toda su despiadada forma o toda su despiadada ternura. Para ejemplos tres: "Anidar", "La nave de Rick Hunter" y "Ya es mañana". Los tres relatos tienen casi la misma estructura, en el fondo se le nota, pero no importa. Lo que importa es cómo Colacrai te envuelve hasta que, como un mago que revela una carta que no esperabas, ésta no resulta ser una carta, sino la revelación de algo podrido, como un desamor o la madurez. En "Ya es mañana", por ejemplo, un sujeto despierta después de pasar la noche con una chica y entonces rememora lo que lo llevó a esa situación. La chica no importa en sí, sino lo que ocurrió. Ella acepta irse con él a su casa cuando él confiesa que es poeta. Mientras empiezan a cachondear, ella le dice que sí quiere escuchar sus poemas. Él los saca de un cajón y los lee. Ella avanza con su deseo de él mientras le leen, pero él tiene una revelación espantosa y profunda: qué malos son sus poemas, qué vergüenza la suya por creerse poeta. Y esa revelación, ese sentirse un fraude, mancha todo lo demás. Lo mismo pasa con "La nave de Rick Hunter", perp aquí el chico entre al mundo del deseo juvenil, cuando antes solo era un niño. El último relato es el que más me gusta: "El mejor regalo" es desafiante, con una estructura empalada. Al final, el personaje encuentra algo de dignidad imaginada tras buscar un regalo para su hija quien vive con su madre, ahora separada del hombre. Así son los relatos o cuentos de Nadie es tan fuerte: sí, todos somos seres rotos, y nos rompe un atardecer, un beso que nos dan, un decir hasta pronto. Y a veces, solo a veces, eso es tan bueno como para hacer literatura.
122 p
Universidad Autónoma de Nuevo León
Monday, April 28, 2025
Cuaderno de Tokio. Los cuervos de Sangenjaya, Horacio Castellanos Moya.
Saturday, April 26, 2025
Hacia el pantano, Gerardo Laveaga
Leo pocas novelas de tinte político porque asumo, están contadas con un conocimiento real de ciertas situaciones palpables de la corrupción del país. Hace años, cuando a Enrique Peña Nieto le preguntaron los tres libros que había leído y trastabilló con su respuesta en el marco de la Feria del Libro de Guadalajara, uno de esos libros que había leído era La inoportuna muerte del presidente de Alfredo Acle Tomasini y me dije, claro, él debía leer esa novela. Tuve la fortuna de editar esa historia y me la sabía al dedillo. Y claro que si él iba a ser presidente le debía interesar. Esa novela habla de los tejes y manejes del poder en un caso como ése. En fin. Menuda historia y menudo retrato que se hace de la política nacional. No es que haga una defensa de EPN, pero al menos él, como cualquier lector, leía lo que le interesaba dada su perspectiva personal. También me leí El dedo de oro de Sheridan, una divertida novela sobre en donde reside el poder de los gobernantes de México, pero a lo que voy es que acabo de terminar Hacia el pantano de Gerardo Laveaga y justo su novela es eso: el descenso de un grupo de personajes hacia la parte más abyecta de sus deseos que se logran bajo cualquier medio. Lo que campea y con lo que juega Laveaga es que tal vez hay un espacio de redención, pero éste desaparece rápidamente porque todos vamos hacia el pantano. La novela está construida por tres líneas argumentales: la de Arturo Pereda que se ve de pronto entronado como el nuevo fiscal general de la nación y todo los debates de eso, su relación con la corrupción presidencial y del aparato de estado, el de una amiga que narra las peripecias de otra para acostarse y casarse con un joven abogado de una respetable familia, para poder esquilmarlo a gusto con el pretexto del matrimonio, de la misma narradora quien descubre poco a poco sus ambiciones y la de un ladrón y luego asesino a sueldo que se ve enlodado con las ambiciones de cada uno de ellos. Hay víctimas en este libro que terminan como víctimas y sádicos que terminan como sádicos y en medio de ellos el personaje que se transforma, no necesariamente para su bien. Y en el inter, Laveaga de manera mordaz despliega sus baterías contra la vida política reciente del país, contra una imagen chabacana de la presidenta y una crítica nada velada contra el absurdo -se ve ahora aunque siempre lo hemos sabido de la elección de jueces y magistrados del país, que en Suecia o Noruega es comprensible, pero no en un país como el nuestro que sí controla en muchos sitios los carteles del narco-. Y todo esto, este thriller, lo cuenta de forma muy amena, suelta, con desparpajo y malicia el bueno de Gerardo Laveaga. Este país da ñañaras. No hay más qué decir. Y esta novela te lo recuerda con detalle y gran técnica argumental. Y en medio de ellos se eleva un gran personaje, sin fisuras, cuya inmovilidad permite ver la fragilidad de los otros: Rusalka, la amante de la ópera y quien conduce a todos, de una forma u otra, hacia la perdición.
Alfaguara
274 p.
Monday, April 21, 2025
Relatos para amantes de la lectura, selección de Antonio Iturbe
Mendel, el de los libros de Stefan Zweig. Un relato profundo, denso, sobre un librero que siempre ocupó un sitio en una cafetería y era dueño de una inteligencia y memoria para localizar cualquier libro de toda Europa. Un relato profuso, más bien una biografía con tintes bélicos. Qué cosas, pero por momentos pensé que el relato había sido escrito tras terminar la segunda guerra mundial y me temí lo peor y luego agradecí que estuviera situado en la primera. No imagino lo que Zweig hubiera dicho del holocausto.
Tuesday, April 15, 2025
Cristalazo y otras historias fuera del círculo de tiza, Artemios Ríos Rivera
Lo que más me ha gustado de Cristalazo y otras historias fuera del círculo de tiza es este gran despliegue de personajes que reciben su merecido a veces, sin saber por qué o cómo. Y hay una gran variedad de ellos, pero despegan varios: los viejos comunistas que están en distintos presentes: en la célula política o ya viejos y abandonados, en el fragor de la batalla o después de ella. Los amantes que no se encuentran. Los personajes que trabajan en las periferias de la ciudad o mejor dicho, en la periferia en el centro de la ciudad que son los mercados de abastos o centrales. Con estos tres tipos, más varias digresiones y personajes de inesperada procedencia, se conjunta este libros de relatos que lo mismo ocurren en la ciudad de México como en Xalapa o Banderillas. Digo relatos y no cuentos. Porque en esencia no lo son. Es decir, me parece que la fabulación o la presentación de atmósferas y personajes tiene mayor peso en este libro que la construcción de relatos con otro tipo de tensión narrativa. Hay en Artemio Ríos Rivera, un gusto por la biografía, por mostrarnos a sus personajes más que lo que hacen. Y eso le da una sensación de descanso al libro, de que importan más las vidas que, en sí, los hechos, aunque estos no dejan de ser espeluznantes en ocasiones. Tres muestras de relatos con personajes antes descritos. En "Madera", vemos la gestación y desintegración de una célula comunista en la Ciudad de México y la causa de ello. Es un relato breve, como muchos del libro, en donde se nota cierta cercanía con el tema. En "Apuntes para una historia", vemos el intercambio epistolar entre Paulina y Arturo. El amor que se tienen, o más bien, que Paulina se permite tener ante la indolencia de su pareja escalda el ánimo y uno debe tomar partido, por Paulina, claro. Lo interesante es la transfiguración del personaje ante los ojos de Paulina que, no necesariamente cambia con el tiempo. Y finalmente, "Pico de cera", cuento con su picardía entre dos cargadores de la Merced que tras una noche de copas pierden entre sí, pero con resignación. Y así, como estos, hay más cuentos con humor, porque ese es el gran hilo conductor del libro, esa como mala leche y humor negro que viste todas las anécdotas, ese sarcasmo ante nuestros actos, esa cosa de que todos somos personas ante los cuales, alguien cualquiera puede soltar una tremenda carcajada por nuestros actos. ja, ja
Editorial Cisnegro
232 p
Un lugar seguro, Olivia Teroba
Creo que Un lugar seguro de Olivia Teroba, del que sin duda se ha escrito mucho ya, es el uso de muchas herramientas de la narración para el despliegue de lo ensayístico. Parto de la idea circular: empieza con la relación entre ella y su hermano, quien se ha mudado a su pequeño departamento en la Ciudad de México y al final, el hermano se nos vuelve a aparecer como un perfecto cierre de este viaje personal, pero que también discurre hacia la escritura, la extranjería, las relaciones filiales y la soledad, así como la violencia ejercida contra el cuerpo femenino y en suma, contra las mujeres. Es un libro entrañable porque hay un código de confidencia que envuelve el otro: la soledad, el apunte histórico, la crónica de las desapariciones y la inmigración, el arte, la extrañeza ante la vida cotidiana. Es, también, un breve prontuario sobre Tlaxcala, de donde es originaria Olivia, y los textos sobre el estado sirven para incluso, entender la otredad de la misma autora que también se centra en una ocasión en Elena Garro. Hago un apunte tal vez poco gentil: como que hablar de Elena Garro es piedra de paso para toda una nueva generación de autoras mexicanas. Homenaje, sin duda, pero también, ¿visita forzosa? En este caso me parece más natural, pues este libro, la primera versión de este libro fue hace muchos años, muchos. En fin, volvamos a que Un lugar seguro es un libro entrañable, donde asoman los padres divorciados, la pérdida de una casa, la extrañeza de una ciudad, el cuerpo como presencial nudosa en lo cotidiano, el amor a los padres. Y la literatura, claro, ya que por aquí o por allá, Olivia nos comparte sus libros de referencia.
Las afueras
123 p
La mano que cura, Lina María Parra Ochoa
Esta novela tiene muchas imágenes que me gustan, pero acaso con la que más conecté fue con la de hundir los dedos en la tierra y sentir, al momento, el crecimiento de las raíces, el despertar de la savia, el estirarse de las hojas y los tallos. La mano que cura, cuyo significado en la novela es también muy hermoso, relata la historia de tres generaciones de mujeres que se unen al convite con lo sagrado que fluye de Ana Gregoria a Soledad y finalmente a Lina, quien debe decidir qué hacer con la biblioteca que ha dejado su padre al morir. Pero, parece que no es lo único que ha dejado, sino también una sombra, algo que araña el paso de Lina por la casa familiar y que tiene un olor a lodo. A partir de esta premisa nos asomamos a la formación emocional, sentimental y sagrada de las tres, acaso con mayor énfasis en la madre, Sol. Son muchas las cualidades de esta novela de Lina María Parra Ochoa, pero resaltaré cuatro: la oralidad. Cada capítulo está construido con una narración en vivo, es decir, poco espacio para que asome el afiche literario, la construcción literatosa, aquí todo es una secuencia de confesiones que vuelven la lectura adictiva. Lo segundo son las sensaciones. La mano que cura hace todo un ejercicio de olores, sabores, el tacto y la memoria. No podría ser de otra manera para una historia que mana desde la relación de estas cuatro mujeres con la naturaleza y lo sobrenatural. En especial, hay una escena que tiene qué ver con arena y con ojos. No pude quitarme la sensación de traer arenilla en el cristalino. Y la tercera, es la estructura. Aunque puede parecer sencilla de leer, la novela tiene sus saltos temporales y sus cambios y perspectivas del narrador, así como sus promesas de información que se cumplen a su tiempo y que le dan tensión a la trama. Y cuarto, la prosa. Hay secciones donde realmente avanzas sin aliento, en largas oraciones o párrafos donde se habla de la magia y el dolor, de la selva y los hallazgos. En fin. Una novela redonda, bien contada, con alma, con esa sororidad que sí se da entre pares y que no necesariamente tiene que ver con el género, pero novela que también, hay que decirlo, en ocasiones un poco pesada y tal vez, con un final algo predecible, pero que no evitan que el viaje sea sensible, intenso y luminoso. Gran novela. Por cierto, el gran acierto de la construcción de todos los personajes, algunos con detalles nada más, otros con su profundidad, todos sirven a la belleza de la historia.
Editorial Polilla
264 p
Ex Yugoslavia, Pierre Herrera
Leo poco ensayo, pero estos meses intento leer más. Por eso recibí con agrado el regalo de este libro, Ex Yugoslavia de Pierre Herrera, ensayista michoacano, ex becario de la FLM. Varias cosas me hicieron conectar con el libro, del que conocía su existencia porque alguna vez me llegó en una tanda de esa editorial para vender, pero que no había podido leer. El primero es el eje con la conexión sentimental, que está tan en boga en el ensayo contemporáneo, cosa que no me disgusta. Me parece que el simbolismo de la vida propia funciona muy bien para "hablar" más directo con quien lee el libro. Como si, esa sentencia de saber más sobre el que escribe, facilitara la conexión emocional con las ideas. Postura fácil o no, quién sabe. Entonces, para mí, cuando Pierre hace ese bello retrato de su padre y el gusto que tiene por la Fórmula 1, me conecta con mi propio gusto y con su padre. Estoy de acuerdo en todo lo que se dice al respecto de este deporte y de la rivalidad Sena vs. Proust. También Pierre habla de la dispersión y para eso utiliza el símbolo desmembrado de Yugoslavia, país que siempre me ha gustado, no sé por qué. Es especial el texto de la miss Sarajevo, por mencionar algo, así como la revelación sobre la hermana mayor muerta del autor. Con esa urdimbre, Pierre nos entrelaza con su historia personal, con un ex país de Europa del este, con sus relaciones familiares, pero se mete a fondo con dos ensayos de largo aliento sobre la escritura con Tejido de presencias y Lo que estuvo fragmentado. Ensayos donde entra en la otra variante del ensayo, la que omite lo personal, para generar un diálogo de idea más idea. Algo que también celebro es el tono casi confesional, más no sencillo, de muchos de los textos. Es como escuchar al autor ante una cerveza, un sábado cualquiera, entre el bullicio de los comensales, del tráfico, del sol que entra por una ventana. Y los títulos, amé varios títulos como el de Los muertos que nos topamos antes del amor. Y me dio tristeza saber que he sido un muerto, ¿no? para alguien. Y el amor también para alguien. Y pues somos ambas cosas siempre, supongo. En fin. Todos somos como Ex Yugoslavia, al fin de cuentas. Gran libro de ensayo.
Editorial Paraíso Perdido
98 p.
Thursday, April 03, 2025
Los años de espera, Fumiko Enchi
Tomo está casada con Shirakawa, burócrata de alto rango en una provincia japonesa en el último tercio del siglo XIX. Como la educación lo dicta, todos los deseos de su esposo deben ser cubiertos sin chistar, incluso si éstos atentan contra el amor propio y el buen nombre de la familia. Cuando Yukitomo, nombre de pila de Shirakawa, decide que su posición le permite tener una concubina, envía a su esposa para que le busque una en la provincia de Tokio, una chica dócil que él pueda conquistar y quedarse para sí el resto de su vida y que Tomo pueda educar y no sentir celos o rivalidad con ella.
De esta manera inicia esta novela de Fumiko Enchi que descubre las vidas de varias mujeres atormentadas por el deseo masculino, pero también castigadas por el precio de la educación tradicional japonesa. Con un estilo que baila de la parquedad a lo poético, Enchi retrata las vidas al interior de las mansiones, los secretos entre esposa y concubinas -sí, el insaciable Yukitomo no se contenta solo con una-, así como la añoranza de la filosofía budista para salir de la incomprensión de una vida puesta al servicio del egoísmo del otro. Varias son las sorpresas que tiene esta novela, no sólo por la entrada y salida de las concubinas, sino también por el retrato del paso del tiempo. Vemos a Suga, una crisálida que habrá de ser domada por su señor y que nunca terminará por abrir sus alas, a Michimasa y Katsuko, hijo e hija de la pareja, el primero un ser violento y cruel, que no tiene el respaldo de sus padres y la segunda, una chica frágil y fría que ha crecido viendo el ir y venir de concubinas en la habitación de su padre.
Es una historia generacional, porque nos lleva hasta la primera mitad del siglo XX y los avatares de los nietos del matrimonio, así como la llegada de nuevas filosofías. Y en toda la novela, la figura de Tomo se acrecienta: de sumisa a rebelde, pero también con una rebeldía que se antoja articial y que tiene, en el final, su explosión. Es una gran novela, simbólica, para nuestros tiempos, sensible y pulcra, sin duda deben leerla.