Monday, June 16, 2025

Mi guerra ajena, Marina Colasanti

Compré este libro en una feliz Feria del Libro de Guadalajara en la que todo era normal. Iba por el pasillo de las editoriales infantiles, charlaba con unas mediadoras de lectura y luego lo vi: Mi guerra ajena, Marina Colasanti. Sólo quedaba un ejemplar y se lo arrebaté a una colega. De entonces a la fecha, pasó otra vida y finalmente la semana pasada lo empecé a leer. Yo sé de la trayectoria de la escritora, pero la verdad es que nunca la había leído. Me gustan las biografías o memorias de autores, como Volando solo de Roal Dahl, y Mi guerra ajena no me defraudó. Una niña Colasanti narra las peripecias de su infancia en medio de la Segunda Guerra Mundial, su primera residencia en Asmara, donde su padre, soldado del Duce, ha sido enrolado tras la conquista de Etiopía. Desde ahí saldrá a su segunda casa, Italia, y en donde pasará de ciudad en ciudad huyendo de la guerra, hasta que finalmente su destino la pone en dirección a Brasil. Pero en ese periplo, Colasanti nos habla de otras cosas en realidad: de la vida y sus carencias, de la gente, de plazas de árboles tras muros secretos, del sabor extraño de la achicoria que sustituye el café, de su joven cuidadora, Gina, que una tarde maldita encontrará a tres soldados alemanes que la dejarán casi muerta en un campo, del padre, Mamfredo, que ama la guerra, de la madre seria que mira por los balcones de los cuartos rentados en un hotel. Y habla de las castañas que se encuentran por azar y salvan la hambruna, y los bombarderos y en estar en el filo de las ventanas. Habla de la cocina y las pastas de la abuela, del hermano, de la confección de vestuarios para películas que hace su tío para la Cinecitá. Es una biografía, una memoria de la infancia que, como toda buena memoria de la infancia, desafía el mundo de los adultos. Hace días leí otro libro sobre cómo los niños lo saben todo y es cierto. De todo lo que cuenta Colasanti, me quedo con esta escena: su padre, soldado, (de hecho así empieza la memoria, con la boda de los padres). Ella ha crecido viendo soldados, a valerosos soldados italianos que han peleado en África y en el norte de Italia. Para ella, los soldados italianos son muestra de honor y gallardía, pero cuando viaja a Brasil, a un Brasil que estuvo del lado de quienes ganaron la guerra, descubre que para los niños de la plaza por donde vive, los soldados italianos son muestra de cobardía, de gazapos, de cosa perdida. Y Colasanti se enfrenta a eso, les dice que ella sí los vio luchar, que los vio marchar, que los vio ganar y perder y ganar la guerra. Pero los niños no entienden. Yo sí sufrí los bombarderos, yo sí vi las tanquetas, las bombas, etcétera. Pero los niños se ríen, se mofan de sus valerosos soldados. Esa escena me rompe el corazón, ahí está toda la fragilidad humana, el otro, el yo, puestos en juego por la maquinaria de la violencia y la publicidad. En fin, qué bellas memorias. Tan bien escritas. Tan humanas. Tratándose de Marina Colasanti no podían ser de otra manera.


Babel libros

396 p

Monday, June 09, 2025

Bravas, Nuria Kaiser

He leído recientemente libros de cuento. Y he tenido la fortuna de que son buenos o, al menos, encuentro en ellos cuentos geniales, que destacan y jalan al resto del libro. Lo mismo me pasó con Bravas, de Nuria Kaiser. Leí los primeros dos cuentos y luego dejé el libro y no lo volví a retomar sino hasta ayer. Había olvidado por completo que había leído estas historias, pero rápido las recordé, pero no así que solo había leído dos cuentos. Uno de ellos, de los mejores del libro, "Paraísos perdidos", en el que una mujer contrata a una empleada doméstica y poco a poco termina siendo ella la empleada doméstica de la casa, hasta el grado de no ser ya considerada la esposa del matrimonio. Eso tienen estos cuentos, que no dejan concesiones, que los personajes entran en una espiral y la autora los lleva hasta su condenación o bien, nos sorprende con que no cambian. Entonces, tenemos dos oponentes que no darán marcha atrás hasta que uno destruye al otro, como en "Así vivíamos bien", en el que una joven feminista llega al pueblo de la narradora y empieza a "despertar" a las mujeres del sitio para que luchen por sus derechos, hasta que la oponente de la chica toma una decisión para salvaguardar lo que ella considera que es su pueblo. Yo me temía que en algún momento el cuento se volviera uno más de la agenda feminista, que luego sí hay en muchas narradoras y donde los finales y los personajes son previsibles, pero Nuria recuerda que hay que contar una historia, no dar un panfleto. Es un gran texto. Los cuentos en donde se habla de las relaciones maritales, en cambio, dan mucho peso a la agenda feminista, por decirlo de alguna manera, y lo hacen con gran profundidad psicológica y en ese sentido "Un nuevo orden" es un gran relato en el que una mujer, cansada del dominio y abuso emocional de la rectitud de su esposo, idea una manera para llevarlo a sus límites en tanto ella se empodera. Un gran, gran cuento. Y así por lo general, todos los relatos. Acaso el primero del libro, luego de leer los otros, palidece, porque se le ven las exigencias para que el lector acepte el pacto de esa historia en particular, pero los demás son cuentos bien trazados, con personajes muy humanos, contradictorios, abusados y abusivos. Muy buen libro.

104 p
Ficticia

Saturday, June 07, 2025

Más allá de la carne, Jazmín García Vázquez.

 Me parece que, de un tiempo para acá, la literatura de terror escrita por mujeres se ha puesto de moda, sin duda por la fuerte influencia de ciertas novelas también escritas por mujeres en Latinoamérica. El punto en común es que existe, en estos libros, una reivindicación de la bruja o santera o mujer sabia, que guía a las otras mujeres a una especie de revelación que las liberará del patriarcado, para ejercer de nuevo un matriarcado como ha sido en tiempos pasados. En este conjunto de cuentos, me parece, salva con mucha dignidad el uso de este personaje y hay una frase que lo dice con mucha claridad en el cuento de "No existen las brujas", en donde un par de hermanas asiste con una mujer para que le ayude a una de ellas a despojarla del feto que lleva en su interior, producto de la violación del padrastro: "Pude ser la curandera, o la mujer sabia, pero no, ellas decidieron que sería la bruja". Esta sencilla aseveración me parece, es luminosa para una buena parte de la literatura latinoamericana sobre este tema porque aclara, refleja y despoja del misticismo que suele rodear a las brujas que, en este libro, son impulsoras de una revelación para las mujeres en un feminismo que empodera. Entonces, en estos cuentos, hay brujas, mujeres sabias que ayudan a otras mujeres a encontrar su bestialismo, pero también a redimirse. Y hay fantasmas que han olvidado que lo son, actos mágicos, fetos enterrados bajo los árboles, persecuciones orquestadas por los hombres contra las mujeres, etcétera. Pero, a diferencia de otros cuentos que buscan señalar el acoso del hombre y el empoderamiento de la mujer, aquí no se siente la agenda. Y creo que por eso, es mucho más valioso este libro y para muestra "Coyotes", un hermoso relato de amor entre una madre y su hija, entre la naturaleza y la noche  y sus hijas, las jóvenes y adultas, las mujeres que encuentran un espacio de paz. Dice Virginia Wolf que toda mujer necesita un cuarto propio, pero este cuento de Jazmín García Vázquez parece decirnos que Virginia se queda corta: busca otro espacio para estar encerrada en sí. No, dice Jazmín, en el fondo, toda mujer necesita un bosque propio para estar con sus hermanas y la noche.

106 p

editorial Reverberante

Rosario Tijeras, Jorge Franco

Rosario, Rosario Tijeras. Vi la película hace años y me gustó, pero tenía pendiente leer el libro o mejor dicho, el libro me recordó ciertas cosas de la película. En fin. Que así es la lectura: un vaivén. Ahora que la he leído al fin, no sé qué decir. Está bien. Entretiene. Veo el poder que tienen los personajes o el por qué escandalizó en una época. O tal vez, en ese sentido, ya estoy maleado y el mundo del narcotráfico nos tiene ya fundidos que ya nada nos sorprende. Rosario llega en la madrugada al hospital después de haber sido baleada y, lo último que alcanza a hacer es hablar con su parcero, Antonio, para que la lleve. Así, el parcerito pasa la madrugada en espera de que los médicos le digan si se ha salvado, pero esas horas muertes le sirven para contarnos su relación con Rosario, con su hermana Jhonefe, con Ferney, su novio que alterna con su otro novio, Emilio, amigo del parce. Y lo que vemos es el mundo del narco en el Medellín de los 90, cuando Pablo Escobar dominaba la ciudad. Incluso la novela hace alusión a ese punto, cuando Escobar pagaba mucho por cada tombo asesinado, es decir, cada policía. Nunca queda claro en el fondo, qué hace Rosario, sicaria, por supuesto, porque la novela es un ir y venir de la nostalgia y el deseo del parcerito por ella, testigo al final de la vida salvaje de ella con Emilio y Ferney. En fin que al menos ya puedo decir que la leí. :). Eso sí, como buena novela te lleva hasta el final.

156 p
Mondadori

Los días perfectos, Jacobo Bergareche

 Compré esta novela al vuelo, confiado en lo que decía el cintillo (ojo aquí, editores noveles, estas cosas sí funcionan) sobre la cantidad de libros vendidos y luego, cuando leí la contraportada (ojo aquí también, editores noveles, una buena contraportada funciona aún mejor) y ambas lecturas le dieron la razón al libro. Los días perfectos es un libro que además me ha destrabado, que me ha podido dar un empujón a un par de ideas felices -y puede que tristes también-. La idea de que entre la nada y el dolor, prefiero el dolor, como dice Faulker en Las palmeras salvajes y como repite Faulker a su amante Meta Carpenter en una carta que le envía cuando su relación apenas empieza. La traducción dice pena, en lugar de dolor, pero creo que dolor es lo real. Cuando uno termina una relación solo queda el dolor que oscurece esa otra cosa que también ocurre en las relaciones: los días perfectos. Esos días perfectos que también solemos tener con las personas que vamos amando con la vida. Sí, porque no sólo se ama una vez y para siempre, sino muchas veces y por momentos que permiten, que en ocasiones, ese amor para toda la vida no termine por desgastarse y perdure conformado por otras cosas. Al menos esta es la tesis central de esta breve pero emocionante y liberadora novela. Luis se embarca a Austin a ver a su amante de los últimos dos años, a la que suele ver unos dos o tres días cuando coinciden sendos congresos de arquitectura y de periodismo. Pero ya en Austin, recibe un escueto mensaje de ella, de Camila, donde le avisa que a último momento su marido decidió acompañarla, que dejen todo ya mejor en el recuerdo. Desbalanceado, Luis se encierra en el Harry Ramson center en donde encuentra las cartas de Faulkner a su amante y con ella reproduce sus días perfectos con Camila, pero también reflexiona sobre sus antiguos días perfectos con Paula, su esposa, y al final mueve sus piezas, porque si hay algo que nos revoluciona es el dolor. El dolor es lo único que, al parecer, nos permite ser más claros con nosotros. La novela es un ensamblaje perfecto: separado por dos cartas: la que Luis le escribe a Camila como último intento, no de recuperarla, sino de resguardar esos días perfectos y a Paula, de cómo recuperar eso que se ha perdido entre ellos. En fin, que es una estupenda novela. O al menos eso creo yo que justo he pasado por estos vericuetos emocionales el último año y que, al final, he pensado, caray, he tenido mis días perfectos en el último año. Y claro que han valido la pena, aunque trajeran dolor.


177 p

Libros del Asteroide

Sunday, June 01, 2025

Las cosas que perdimos en el fuego, Mariana Enríquez

Llego tarde a leer a Mariana Enríquez, pero lo hice con uno de sus libros emblemáticos, aunque sin duda tiene varios de ellos. Y el libro que leí, ya se puede leer en el título de este post, es Las cosas que perdimos en el fuego. Sin embargo, la edición no es la de Anagrama, sino la edición para el público de habla hispana en Estados Unidos, publicada por Vintage Español. La portada, dicho sea de paso, es muy bonita. Realmente muy bonita. En ella se ve, entre el fuego y las ramas secas, víboras de tonos anaranjados y amarillos que se entremezclan con lo que se quema, soles blancos, árboles y ramas del mismo color, espinas. Claro que es un libro espectacular. Mi idea original era hacer una reseña compartida entre el libro anterior de cuentos de Alfonso Reyes y éste, pero al final me di cuenta de que sería muy desventajoso para Reyes, puesto que es un autor, digamos, 120 años en el pasado. Y aun así, hay cuentos de él que no le quedan a deber nada a la contemporaneidad y al mismo tiempo, hay relatos de Mariana Enríquez que tienen esa carga real y de gran prosa que se utilizaba a principios del siglo pasado. En fin. Iré por mis favoritos. Sin duda, "El chico sucio", con su gran carga de maldad esa maldad que da la miseria cotidiana, cierta pobreza que busca en los rituales una salvación. Gran, gran relato. "Los años intoxicados", separado por años, en los que un grupo de chicas vive su despertar sexual, citadino, violento, al misterio de la vida adulta con un frenesí, una ausencia de límites que vuelven a las chicas y al relato mismo un festín de emociones. "La casa de Adela". Una gran manera de contar una historia hasta cierto punto común de casas abandonadas. Aunque se intuye el final, la prosa es lo que aquí hace su aparición -en todos los cuentos, en realidad-, y no quieres dejar de leer porque la construcción de la atmósfera y el quiebre psicológico de los personajes no te suelta. "Tela de araña" es un grandísimo retrato de la vida adulta, del fastidio del matrimonio entre dos personas que no se aman, hay un peligro latente en este cuento que al final se vuelve un misterio. Un asomo el terror no de lo fantástico, sino de la violencia de los hombres contra los hombres. Es un relato tremendo. "Fin de curso" es, para mi gusto, el mejor cuento del conjunto de historias. Con una vuelta de tuerca estupenda y esa maestría de las grandes cuentistas. Una maldad diabólica que sí te pone los pelos de puntita. Y ya. El resto de los cuentos es bueno, pero empecé a cansarme de leerlos. Avancé rápido algunas páginas y de pronto me pareció que un volumen más breve habría sido mucho más contundente. "El patio del vecino" es terrorífico a su manera, al igual que "Verde rojo anaranjado". Tienes chispas de maldad. Lo que me gustan del conjunto general del libro es esa atmósfera sucia que revolotea en todas las historias, esa maldad que viene más que de lo maléfico, de cierta mezquindad y mediocridad humana. Hay muchas parejas rotas, aquí, muchas familias destruidas, muchos actos movidos por la inconsciencia humana para dañar al otro, como una gota que cae y cae y cae y termina horadando un cráneo. En fin. Gran libro.

Vintage Español
197 p

Tuesday, May 27, 2025

Cuentos, Alfonso Reyes

 Por el trabajo leer a Alfonso Reyes se ha vuelto una necesidad de año con año. He leído ensayos sobre su relación con su padre, con otros escritores, he leído algunas crónicas de viaje, ciertos poemas, su única obra de teatro, reseñas de películas del cine mudo, reseñas de las que fue pionero junto con Martín Luis Guzmán, he leído sus estancias en París, en Madrid, en Buenos Aires y en Río. También algunos cuentos pero estos más bien dispersos. Cuando se habla de cuentos de Alfonso Reyes, además, casi todas las reflexiones giran alrededor de "La cena", texto entre realista y fantástico, con una bruma mágica, una prosa incomparable, cuento que alteró la manera como un joven Borges escribía -he pensado que es precursor de "El Aleph" y sin duda de Aura, de Carlos Fuentes, en suma, un cuento histórico. Pero a veces lo histórico cansa y me pregunto qué más hay y lo encontré en esta selección de cuentos publicada por Océano y seleccionada por la nieta de Reyes, Alicia. Lo que más me emocionó de este libro son justo los cuentos de Reyes, un hombre ya maduro, que escribió durante su estancia en Brasil, escritos ya sea en Petrópolis o Río. En estos cuentos hay un pulso distinto a otros relatos que he leído de él: hay erotismo, mala entraña, deseo, nostalgia, amores carnales y un hombre que cuenta, no un literato que escribe cuentos de enanitos del espacio. Creo que los mejores son "La Fea", "Calidad metálica", "Los estudios y los juegos". Tres relatos de deseo y amor, de una prosa madura, terrestre, carnal. Nada qué ver con los relatos de más adelante o de atrás, más fantásticos, donde el hombre ya no está en juego, sino el literato. Incluso de sus primeros cuentos, me parece más profundo "Silueta del indio Jesús" que el célebre de "La cena". "Floreal" es un bonito relato poético y sin duda alguna, "La mano del capitán Arana" es otro relato que debe estar en los mejores de la literatura latinoamericana. También me gustó la fábula de "San Jerónimo, el león y el asno". "Encuentro con un diablo" y un retrato real, casi crónica de "Entrevista presidencial". en fin, que es una buena selección, que redimensiona a Reyes para quien tome este libro. Éste fue un gran narrador, es una lástima que le ganó el ensayo y la poesía, donde creo que salvo El sol de Monterrey y Los caballos, lo demás no me emociona mucho. ah, y sus relatos breves también son buenos, sus minificciones. Buen libro, que lees como si fuera de hoy y eso es lo que sí logran los autores clásicos.


Océano

316 o 

Saturday, May 10, 2025

Olor a rosas invisibles, Laura Restrepo

Hace tiempo había leído a Olor a rosas invisibles de Laura Restrepo, una autora que admiro mucho. Y no sé qué fue lo que escribí en ese entonces. Creo recordar que pensaba que la historia la contaba un testigo, eso sí, pero que había conocido a los dos personajes y se había enamorado de ella. Y al final encontraba cierta redención en ese amor. Pero, ahora que he vuelto a leer la novela, me parece una novela feliz y triste. Feliz porque, en estas brevísimas 60 páginas, Laura Restrepo hace un canto amoroso a las segundas oportunidades, al reencuentro con los viejos amores que, durante un tiempo, se dan la oportunidad de ser lo que no fueron. Y triste porque, quien cuenta esta historia, no ha tenido nunca la oportunidad de tener uno de esos amores y por eso vive, desde la imaginación y la ficción, el amor de los terceros. Pero lo dice muy bonito: "yo que amo más el olor a rosas invisibles que el de los rosales verdaderos". Y creo que todo lector eso: alguien que ama más el olor a rosas invisible que el de rosales verdaderos. Amamos lo que no es, pero que existe en la imaginación. Y por eso andamos tras libros, autores, historias, que nos complementen. Entonces, es una novela feliz, sí y triste, pero en esa tristeza puede surgir otro rasgo de la belleza: de los que contemplan, que es también en ocasión, tan dichosa como lo que se vive. La historia es simple. Luicé vive, a sus 50 y tantos, un reencuentro con Eloísa, la chica chilena con la que vivió un verano tórrido pero feliz en Roma hasta que la familia de ambos se entera y los separan. tantos años después, se reencuentran, con los sinsabores, la comparación, pero al final la esencia misma del amor intacto. Y todo esto nos lo cuenta un amigo, el amigo con el que Luicé se reunía junto con otros en un bar para justo eso, hablar de los viejos amores. Es un relato tierno, breve, que muestra la gran maestría de Laura Restrepo. Y sí, todos amamos el olor a rosas invisibles en algún momento de nuestras vidas. Todos tendremos una memoria qué rescatar de nuestros días felices.

Editorial Sudamericana

64 p

Thursday, May 08, 2025

Qué hacer con estos pedazos, Piedad Bonnett

Tenía tiempo con el deseo de leer a Piedad Bonnett. Un deseo que viene construido de la mercadotecnia, por supuesto, pero que celebro que esta ocasión sea de la bonita, es decir, de aquella que te acerca a voces interesantes, a prosas que van con lo que tú crees que es una buena prosa. Supongo que esto puede parecer un alarde, miren, a X sólo le gusta la buena prosa... pero ¿qué se le va a hacer? Si como lector no llega uno a construir sus gustos pasado cierto tiempo, pues, es que tal vez no se es lector. Porque leer es como el amor. También se toman decisiones. Además, por un azar inesperado de la vida, tuve la fortuna de estar en la rueda de prensa en el palacio real en Madrid, cuando se anunció su premio Reina Sofía. No he leído ese libro, dicho sea de paso, porque tal vez se me perdió en la mudanza. En fin. El caso es que tenía tiempo con el deseo de leer algo de ella y finalmente lo he hecho. D. me pasó la novela en una comida inesperada, pero larga y con buena sobremesa, en la cdmx. Y ahora que volví a tener otros días de vuelos y traslados la empecé a leer ya noche, en el hotel. Uno muy bonito, con una biblioteca abierta a la que se llegaba tras pasar por un pasillo largo, bien iluminado por el atardecer gracias a sus ventanas amplias. Y lo que encontré fue la historia de una mujer ya entrada en años -más o menos como los míos- a quien una tarde su marido la obliga a aceptar la remodelación de la cocina. Ella ha perdido a su madre hace años, su hija en apariencia una profesionista competente y exitosa casi no le habla y el esposo es un poco esa mezcla de todos los esposos huraños, enmohecidos y secos que solemos ser todos los esposos y ex esposos del mundo. Al punto de iniciar el relato, el padre de la protagonista también enferma. Desde este punto de partida Piedad Bonnett retrata una vida consumida, con momentos de satisfacción y respeto que suelen venir del trabajo, pero no de la familia. Hace el retrato del padre terrible, de la madre opacada y de la misma protagonista, Emilia, tan apagada como todos los personajes de la novela. Hay miseria humana, pero no de la que nace de la maldad, sino de la que surge del dolor y el olvido propios. Hay también viajes, relaciones familiares rota o en construcción y finalmente, todo el peso de la novela recae en quien menos se espera, quien sacude al fin a la protagonista no para su gran transformación, sino acaso, para tener una válvula de escape y volver a dormir. Qué hacer con estos pedazos. Al parecer nada. Solo reunirlos y ver si con estos pedazos podemos ser otros, o al menos, pedazos no tan dispersos, que unidos, tal vez jamás.

Alfaguara
166 p

Cocodrilos, Magali Velasco

Recién leí Cocodrilos de Magali Velasco y fue y no fue una sorpresa. No fue una sorpresa porque ya he leído otros libros suyos, y sabía lo que iba a esperar; y fue una sorpresa por el tema que no pensaba que estuviera dentro de sus intereses. Fuera de este vicio de lector que pensamos nos prepara para conocer de antemano lo que los autores escriben, sólo por haberlos leído antes, debo decir que la novela fue un gran hallazgo. Lo fue porque es una novela que retrata el tema de los desaparecidos y la violencia ejercida desde la política, pero no fue escrita con cierto tipo de estrategia narrativa de este género. Es una novela más emparentada con un estilo más de novela política que de narcotráfico. Entonces, desde ahí, te permite otro acercamiento al tema. Segundo, porque es una novela bien, bien llevada, casi con orden, diría yo. La tensión es progresiva, la presentación de los personajes, las escenas son brutales, tanto si se narra un asesinato como un encuentro amoroso. Y luego, se da permiso de recordarnos que la vida es más que un enredo político, cuando sitúa a un personaje, en este caso la mamá del protagonista, con una enfermedad mental, con una obsesión compulsiva por la limpieza que lleva hasta sus últimos grados. Este personaje siempre nos recuerda que la lucha está también en el entorno de lo íntimo. Entonces, ¿de qué va la novela? La historia inicia cuando Amanda, la maestra de Santiago, un no tan joven, pero aún joven reportero, le pide a éste ayuda para dar el seguimiento a una sospecha. La maestra cree saber en dónde se encuentra una fosa con cuerpos y que ésta ha sido hecha por los esbirros del general a cargo de la justicia del estado. Cuando la maestra es asesinada, Santiago tiene qué debatirse entre volverse un periodista real o uno de los que compra el estado a cambio de desayunos en La Parroquia o compra de publicidad en sus medios impresos -cosa que he visto mucho en años recientes-. Además, nos pone como personaje de gobernador a uno real. Duarte, el célebre y corrupto -presunto me dijo un abogado para evitar demandas-, gobernador de Veracruz al que -presuntamente, jaja- se le atribuyen muchos desmanes. En fin. La novela cumple todo lo que promete: es feroz, tierna, intensa, con una tensión progresiva, una gran novela. El título, además, tiene que ver con las desapariciones: cocodrilos que también llevan en su estómago las vidas de inocentes.

220 p
BUAP

Wednesday, May 07, 2025

Mujer nacida bruja, Denise Martínez

Me gustan los libros debut. En ellos radica una necesidad que aún no se contamina por el deseo de la trascendencia. Son apariciones salvajes de narradores de cualquier edad que se consagran a su único oficio: contar lo que se tiene dentro. Eso puedo decir de este libro Mujer nacida bruja de Denise Martínez. A lo largo de estas histoias bien trazadas, en su mayoría, vemos el incierto mundo de las mujeres cercanas a lo mágico, la tierra, lo salvaje. Son mujeres, todas, además, dominadas por la violencia de género, pero no vista como un elemento discursivo, sino como un elemento natural. Tal vez por eso asombran mucho más. Como que hay cosas que, en la realidad, sin más adornos ideológicos, es aún más rabioso y terrible. Pero, ante esta violencia, las mujeres de estos cuentos tienen, por ayuda de un ente superior, ya sea el diablo o la madre naturaleza o una deidad prehispánica, el gran beneficio de la venganza. Y a ella se enfocan después de ser violentadas. Destacaría, en ese sentido en relato de Ce ehécatl y La nopalera, pero en tanto Violeta, En algún lugar de la oscuridad, Tres cervezas y Polvillos de hada para recordar, nos presentan, además, mundos claustrofóbicos, que penden del ultraje y el abandono. Tres cervezas, por ejemplo, cuenta la vida de una chica, que aún no pasa de los 12 años, y que es vendida por su madre a un borracho que asiste a lupanar donde trabaja. O el cuento de Violeta, que tiene una bien trabajada sorpresa, pero que te engaña todo el tiempo. En fin, que este libro y estos cuentos tienen su malicia en donde el mundo de lo mágico nos sale al paso con su dosis de horror, venganza y disturbios. Buen libro de cuento. El tabique en el pastel es, acaso, el cuento más largo del volumen, que me parece no logra la tensión de los otros. Pero se entiende, es un cuento de exploración de otro tipo de estructura. Los demás, cumplen muy bien.

Par tres editores
87 p.

Thursday, May 01, 2025

Nadie es tan fuerte, Pablo Colacrai

A veces encuentras libros de cuento que te dan una rabia porque sabes que no podrás escribir cuentos como esos... ya luego te moderas y sabes que no tienes por qué escribir cuentos como esos si ya hay alguien que los hace y que los siga haciendo por mucho más tiempo. Porque, si los sigue escribiendo por mucho más tiempo, tendrá la oportunidad de, posiblemente, aprender a extraer aún más en su oficio de la sordidez y el candor de la naturaleza humana puesta al servicio del asombro. Todo esto pienso tras leer Nadie es tan fuerte de Pablo Colacrai. Primero debo decir que es un libro de cuentos con muchas caídas en falso. Es decir, en todos los relatos que lo componen, uno avanza como en un pasillo lleno de trampas mortales. No sabes por qué estás tenso, pero lo estás. Si sólo es literatura, te dices, pero de muchas maneras no sólo lo es. Segundo, que cada desenlace es una conversión que no necesariamente revela algo mejor, sino algo, algo que antes no estaba ahí en el cuento y que ahora asoma con toda su despiadada forma o toda su despiadada ternura. Para ejemplos tres: "Anidar", "La nave de Rick Hunter" y "Ya es mañana". Los tres relatos tienen casi la misma estructura, en el fondo se le nota, pero no importa. Lo que importa es cómo Colacrai te envuelve hasta que, como un mago que revela una carta que no esperabas, ésta no resulta ser una carta, sino la revelación de algo podrido, como un desamor o la madurez. En "Ya es mañana", por ejemplo, un sujeto despierta después de pasar la noche con una chica y entonces rememora lo que lo llevó a esa situación. La chica no importa en sí, sino lo que ocurrió. Ella acepta irse con él a su casa cuando él confiesa que es poeta. Mientras empiezan a cachondear, ella le dice que sí quiere escuchar sus poemas. Él los saca de un cajón y los lee. Ella avanza con su deseo de él mientras le leen, pero él tiene una revelación espantosa y profunda: qué malos son sus poemas, qué vergüenza la suya por creerse poeta. Y esa revelación, ese sentirse un fraude, mancha todo lo demás. Lo mismo pasa con "La nave de Rick Hunter", perp aquí el chico entre al mundo del deseo juvenil, cuando antes solo era un niño. El último relato es el que más me gusta: "El mejor regalo" es desafiante, con una estructura empalada. Al final, el personaje encuentra algo de dignidad imaginada tras buscar un regalo para su hija quien vive con su madre, ahora separada del hombre. Así son los relatos o cuentos de Nadie es tan fuerte: sí, todos somos seres rotos, y nos rompe un atardecer, un beso que nos dan, un decir hasta pronto. Y a veces, solo a veces, eso es tan bueno como para hacer literatura.

122 p

Universidad Autónoma de Nuevo León

Monday, April 28, 2025

Cuaderno de Tokio. Los cuervos de Sangenjaya, Horacio Castellanos Moya.

No pensaba leer hoy, pero mientras limpiaba unos libreros me apareció el Cuaderno de Tokio de Horacio Castellanos Moya, el célebre narrador salvadoreño, pero oriundo de Honduras. (Lean que fea cacofonía acabo de escribir.) Lo vi de pocas páginas y me salí a leerlo con mis perros que se quedaron en la otra casa, en la otra vida. Mientras deambulaban ante mis rodillas, olisqueándose y celosas las hembras entre ellas si acariciaba a una y no a otra, me sumergí en este diario que va por los derroteros de una temporada del autor viviendo en Tokio, pero que es más profundo que eso. Castellanos Moya es duro consigo mismo. Arrastra una decepción amorosa a sus 51 años, con la cuarta mujer de su vida, a la que le ha puesto los cuernos y ella a él también. Esa depresión y la dureza con la que se habla permean la obra, así como el ir y venir por la geografía japonesa acompañado de amigos y de posibles parejas sexuales porque, como lo dice él mismo, él es carne y deseo. Un deseo que satisfecho lo empodera, pero cuando no lo lanza a la incertidumbre. Mientras, intenta hacer un ensayo sobre Kenzaburo Oé. Pero se dice cosas como. "Tener opiniones y querer pregonarlas me hizo un imbécil", "Estás hinchado de vos mismo, nada te cabe", "Sólo mientras escribes encuentras un poco de sosiego". El Castellanos Moya de estas páginas se nos presenta no como la figura literaria, sino como un hombre atribulado por la desgracia amorosa, duro con sus aspiraciones como escritor, incapaz de conectar con alguien en Japón, mientras se maldice por no poder vivir la estancia con más entereza, sino sólo dominada y sentida bajo el espejo de la frustración y el olvido. No sé qué tanto de este hombre descarnado me emplaza, pero hay cosas suyas que las entiendo a la perfección, pero me sucede como a una chica que conocí en un evento, hace muchos años. Dijo que mi libro no le había gustado y que ella no quería ser como los personajes de los cuentos. Ahí supe que su lectura no había terminado en el goce pero que ella había leído profundamente los cuentos como para tomar distancia de lo que leyó. Así me pasa con Cuaderno de Tokio. Espero no llegar a los 51 con ese estado de ánimo, no porque quiera engañarme con la felicidad, sino porque quisiera creer que puedo desarrollar otro tipo de herramientas ante la frustración. Mientras, leamos de este hombre herido. Con una herida que todos reconocemos: las del corazón.

Editorial Hueders
p 88

Saturday, April 26, 2025

Hacia el pantano, Gerardo Laveaga

Leo pocas novelas de tinte político porque asumo, están contadas con un conocimiento real de ciertas situaciones palpables de la corrupción del país. Hace años, cuando a Enrique Peña Nieto le preguntaron los tres libros que había leído y trastabilló con su respuesta en el marco de la Feria del Libro de Guadalajara, uno de esos libros que había leído era La inoportuna muerte del presidente de Alfredo Acle Tomasini y me dije, claro, él debía leer esa novela. Tuve la fortuna de editar esa historia y me la sabía al dedillo. Y claro que si él iba a ser presidente le debía interesar. Esa novela habla de los tejes y manejes del poder en un caso como ése. En fin. Menuda historia y menudo retrato que se hace de la política nacional. No es que haga una defensa de EPN, pero al menos él, como cualquier lector, leía lo que le interesaba dada su perspectiva personal. También me leí El dedo de oro de Sheridan, una divertida novela sobre en donde reside el poder de los gobernantes de México, pero a lo que voy es que acabo de terminar Hacia el pantano de Gerardo Laveaga y justo su novela es eso: el descenso de un grupo de personajes hacia la parte más abyecta de sus deseos que se logran bajo cualquier medio. Lo que campea y con lo que juega Laveaga es que tal vez hay un espacio de redención, pero éste desaparece rápidamente porque todos vamos hacia el pantano. La novela está construida por tres líneas argumentales: la de Arturo Pereda que se ve de pronto entronado como el nuevo fiscal general de la nación y todo los debates de eso, su relación con la corrupción presidencial y del aparato de estado, el de una amiga que narra las peripecias de otra para acostarse y casarse con un joven abogado de una respetable familia, para poder esquilmarlo a gusto con el pretexto del matrimonio, de la misma narradora quien descubre poco a poco sus ambiciones y la de un ladrón y luego asesino a sueldo que se ve enlodado con las ambiciones de cada uno de ellos. Hay víctimas en este libro que terminan como víctimas y sádicos que terminan como sádicos y en medio de ellos el personaje que se transforma, no necesariamente para su bien. Y en el inter, Laveaga de manera mordaz despliega sus baterías contra la vida política reciente del país, contra una imagen chabacana de la presidenta y una crítica nada velada contra el absurdo -se ve ahora aunque siempre lo hemos sabido de la elección de jueces y magistrados del país, que en Suecia o Noruega es comprensible, pero no en un país como el nuestro que sí controla en muchos sitios los carteles del narco-. Y todo esto, este thriller, lo cuenta de forma muy amena, suelta, con desparpajo y malicia el bueno de Gerardo Laveaga. Este país da ñañaras. No hay más qué decir. Y esta novela te lo recuerda con detalle y gran técnica argumental. Y en medio de ellos se eleva un gran personaje, sin fisuras, cuya inmovilidad permite ver la fragilidad de los otros: Rusalka, la amante de la ópera y quien conduce a todos, de una forma u otra, hacia la perdición.

Alfaguara

274 p.

Monday, April 21, 2025

Relatos para amantes de la lectura, selección de Antonio Iturbe

Compré este libro en la Gandhi de Hidalgo, una compra realmente impulsiva de la que no me arrepiento. Lo malo es que comprobé una vez más que no soy fan de Benito Pérez Galdós y sé que me pierdo de un escritor fundamental. En suma, esta antología bellamente ilustrada por Natalia Zaratiegui es una reunión de cuentos en donde los libros o el acto de la escritura o la lectura tienen especial influencia. Los pondré por orden de gusto y no todos, por supuesto.
Mendel, el de los libros de Stefan Zweig. Un relato profundo, denso, sobre un librero que siempre ocupó un sitio en una cafetería y era dueño de una inteligencia y memoria para localizar cualquier libro de toda Europa. Un relato profuso, más bien una biografía con tintes bélicos. Qué cosas, pero por momentos pensé que el relato había sido escrito tras terminar la segunda guerra mundial y me temí lo peor y luego agradecí que estuviera situado en la primera. No imagino lo que Zweig hubiera dicho del holocausto.
Relato oscuro, narrador más oscuro de Villiers de L'Isle-Adam. Un dramaturgo cuenta ante otros colegas un duelo a muerte. Lo espléndido es cómo narra el acto como si fuera un hecho dramático y cómo la vida es más un hecho dramático que el mismo teatro.
Una sociedad de Virginia Wolf. ¿Es que los hombres en verdad crean obras de arte?, se pregunta una joven después de darse cuenta que un célebre escritor lo único que hace es escribir anodinos y cursis poemas por los que tiene gran fama. Así que junto con unas mujeres deciden conocer el mundo de los hombres y descubren que su ignorancia es tan grande como la propia por creer que los hombres y su saber era honorable. Al final hay un guiño de revancha que pone todo en orden: hay que empezar una revolución.
Inspiración de Isaak Babel. Un hombre le cuenta a otro el cuento que ha escrito y se lo lee. El cuento es pésimo, pero la vida, esa otra cosa que es la fragilidad de alguien que escribe un cuento y lo expone a los otros.
Las rayas de Horacio Quiroga. Un par de hombres se vuelven locos y empiezan a marcar rayas en todos los libros de cuentas y en todo lo que los rodea. 

Una cosa interesante es que al inicio de cada cuento viene una breve semblanza, no biográfica, sino del estilo de cada autor y autora seleccionada y el trabajo de Natalia es realmente cálido y asombroso.



Tuesday, April 15, 2025

Cristalazo y otras historias fuera del círculo de tiza, Artemios Ríos Rivera

Lo que más me ha gustado de Cristalazo y otras historias fuera del círculo de tiza es este gran despliegue de personajes que reciben su merecido a veces, sin saber por qué o cómo. Y hay una gran variedad de ellos, pero despegan varios: los viejos comunistas que están en distintos presentes: en la célula política o ya viejos y abandonados, en el fragor de la batalla o después de ella. Los amantes que no se encuentran. Los personajes que trabajan en las periferias de la ciudad o mejor dicho, en la periferia en el centro de la ciudad que son los mercados de abastos o centrales. Con estos tres tipos, más varias digresiones y personajes de inesperada procedencia, se conjunta este libros de relatos que lo mismo ocurren en la ciudad de México como en Xalapa o Banderillas. Digo relatos y no cuentos. Porque en esencia no lo son. Es decir, me parece que la fabulación o la presentación de atmósferas y personajes tiene mayor peso en este libro que la construcción de relatos con otro tipo de tensión narrativa. Hay en Artemio Ríos Rivera, un gusto por la biografía, por mostrarnos a sus personajes más que lo que hacen. Y eso le da una sensación de descanso al libro, de que importan más las vidas que, en sí, los hechos, aunque estos no dejan de ser espeluznantes en ocasiones. Tres muestras de relatos con personajes antes descritos. En "Madera", vemos la gestación y desintegración de una célula comunista en la Ciudad de México y la causa de ello. Es un relato breve, como muchos del libro, en donde se nota cierta cercanía con el tema. En "Apuntes para una historia", vemos el intercambio epistolar entre Paulina y Arturo. El amor que se tienen, o más bien, que Paulina se permite tener ante la indolencia de su pareja escalda el ánimo y uno debe tomar partido, por Paulina, claro. Lo interesante es la transfiguración del personaje ante los ojos de Paulina que, no necesariamente cambia con el tiempo. Y finalmente, "Pico de cera", cuento con su picardía entre dos cargadores de la Merced que tras una noche de copas pierden entre sí, pero con resignación. Y así, como estos, hay más cuentos con humor, porque ese es el gran hilo conductor del libro, esa como mala leche y humor negro que viste todas las anécdotas, ese sarcasmo ante nuestros actos, esa cosa de que todos somos personas ante los cuales, alguien cualquiera puede soltar una tremenda carcajada por nuestros actos. ja, ja

Editorial Cisnegro

232 p

Un lugar seguro, Olivia Teroba

Creo que Un lugar seguro de Olivia Teroba, del que sin duda se ha escrito mucho ya, es el uso de muchas herramientas de la narración para el despliegue de lo ensayístico. Parto de la idea circular: empieza con la relación entre ella y su hermano, quien se ha mudado a su pequeño departamento en la Ciudad de México y al final, el hermano se nos vuelve a aparecer como un perfecto cierre de este viaje personal, pero que también discurre hacia la escritura, la extranjería, las relaciones filiales y la soledad, así como la violencia ejercida contra el cuerpo femenino y en suma, contra las mujeres. Es un libro entrañable porque hay un código de confidencia que envuelve el otro: la soledad, el apunte histórico, la crónica de las desapariciones y la inmigración, el arte, la extrañeza ante la vida cotidiana. Es, también, un breve prontuario sobre Tlaxcala, de donde es originaria Olivia, y los textos sobre el estado sirven para incluso, entender la otredad de la misma autora que también se centra en una ocasión en Elena Garro. Hago un apunte tal vez poco gentil: como que hablar de Elena Garro es piedra de paso para toda una nueva generación de autoras mexicanas. Homenaje, sin duda, pero también, ¿visita forzosa? En este caso me parece más natural, pues este libro, la primera versión de este libro fue hace muchos años, muchos. En fin, volvamos a que Un lugar seguro es un libro entrañable, donde asoman los padres divorciados, la pérdida de una casa, la extrañeza de una ciudad, el cuerpo como presencial nudosa en lo cotidiano, el amor a los padres. Y la literatura, claro, ya que por aquí o por allá, Olivia nos comparte sus libros de referencia. 

Las afueras

123 p

La mano que cura, Lina María Parra Ochoa

Esta novela tiene muchas imágenes que me gustan, pero acaso con la que más conecté fue con la de hundir los dedos en la tierra y sentir, al momento, el crecimiento de las raíces, el despertar de la savia, el estirarse de las hojas y los tallos. La mano que cura, cuyo significado en la novela es también muy hermoso, relata la historia de tres generaciones de mujeres que se unen al convite con lo sagrado que fluye de Ana Gregoria a Soledad y finalmente a Lina, quien debe decidir qué hacer con la biblioteca que ha dejado su padre al morir. Pero, parece que no es lo único que ha dejado, sino también una sombra, algo que araña el paso de Lina por la casa familiar y que tiene un olor a lodo. A partir de esta premisa nos asomamos a la formación emocional, sentimental y sagrada de las tres, acaso con mayor énfasis en la madre, Sol. Son muchas las cualidades de esta novela de Lina María Parra Ochoa, pero resaltaré cuatro: la oralidad. Cada capítulo está construido con una narración en vivo, es decir, poco espacio para que asome el afiche literario, la construcción literatosa, aquí todo es una secuencia de confesiones que vuelven la lectura adictiva. Lo segundo son las sensaciones. La mano que cura hace todo un ejercicio de olores, sabores, el tacto y la memoria. No podría ser de otra manera para una historia que mana desde la relación de estas cuatro mujeres con la naturaleza y lo sobrenatural. En especial, hay una escena que tiene qué ver con arena y con ojos. No pude quitarme la sensación de traer arenilla en el cristalino. Y la tercera, es la estructura. Aunque puede parecer sencilla de leer, la novela tiene sus saltos temporales y sus cambios y perspectivas del narrador, así como sus promesas de información que se cumplen a su tiempo y que le dan tensión a la trama. Y cuarto, la prosa. Hay secciones donde realmente avanzas sin aliento, en largas oraciones o párrafos donde se habla de la magia y el dolor, de la selva y los hallazgos. En fin. Una novela redonda, bien contada, con alma, con esa sororidad que sí se da entre pares y que no necesariamente tiene que ver con el género, pero novela que también, hay que decirlo, en ocasiones un poco pesada y tal vez, con un final algo predecible, pero que no evitan que el viaje sea sensible, intenso y luminoso. Gran novela. Por cierto, el gran acierto de la construcción de todos los personajes, algunos con detalles nada más, otros con su profundidad, todos sirven a la belleza de la historia.


Editorial Polilla

264 p

Ex Yugoslavia, Pierre Herrera

 Leo poco ensayo, pero estos meses intento leer más. Por eso recibí con agrado el regalo de este libro, Ex Yugoslavia de Pierre Herrera, ensayista michoacano, ex becario de la FLM. Varias cosas me hicieron conectar con el libro, del que conocía su existencia porque alguna vez me llegó en una tanda de esa editorial para vender, pero que no había podido leer. El primero es el eje con la conexión sentimental, que está tan en boga en el ensayo contemporáneo, cosa que no me disgusta. Me parece que el simbolismo de la vida propia funciona muy bien para "hablar" más directo con quien lee el libro. Como si, esa sentencia de saber más sobre el que escribe, facilitara la conexión emocional con las ideas. Postura fácil o no, quién sabe. Entonces, para mí, cuando Pierre hace ese bello retrato de su padre y el gusto que tiene por la Fórmula 1, me conecta con mi propio gusto y con su padre. Estoy de acuerdo en todo lo que se dice al respecto de este deporte y de la rivalidad Sena vs. Proust. También Pierre habla de la dispersión y para eso utiliza el símbolo desmembrado de Yugoslavia, país que siempre me ha gustado, no sé por qué. Es especial el texto de la miss Sarajevo, por mencionar algo, así como la revelación sobre la hermana mayor muerta del autor. Con esa urdimbre, Pierre nos entrelaza con su historia personal, con un ex país de Europa del este, con sus relaciones familiares, pero se mete a fondo con dos ensayos de largo aliento sobre la escritura con Tejido de presencias y Lo que estuvo fragmentado. Ensayos donde entra en la otra variante del ensayo, la que omite lo personal, para generar un diálogo de idea más idea. Algo que también celebro es el tono casi confesional, más no sencillo, de muchos de los textos. Es como escuchar al autor ante una cerveza, un sábado cualquiera, entre el bullicio de los comensales, del tráfico, del sol que entra por una ventana. Y los títulos, amé varios títulos como el de Los muertos que nos topamos antes del amor. Y me dio tristeza saber que he sido un muerto, ¿no? para alguien. Y el amor también para alguien. Y pues somos ambas cosas siempre, supongo. En fin. Todos somos como Ex Yugoslavia, al fin de cuentas. Gran libro de ensayo. 


Editorial Paraíso Perdido

98 p.

Thursday, April 03, 2025

Los años de espera, Fumiko Enchi

 Tomo está casada con Shirakawa, burócrata de alto rango en una provincia japonesa en el último tercio del siglo XIX. Como la educación lo dicta, todos los deseos de su esposo deben ser cubiertos sin chistar, incluso si éstos atentan contra el amor propio y el buen nombre de la familia. Cuando Yukitomo, nombre de pila de Shirakawa, decide que su posición le permite tener una concubina, envía a su esposa para que le busque una en la provincia de Tokio, una chica dócil que él pueda conquistar y quedarse para sí el resto de su vida y que Tomo pueda educar y no sentir celos o rivalidad con ella.

De esta manera inicia esta novela de Fumiko Enchi que descubre las vidas de varias mujeres atormentadas por el deseo masculino, pero también castigadas por el precio de la educación tradicional japonesa. Con un estilo que baila de la parquedad a lo poético, Enchi retrata las vidas al interior de las mansiones, los secretos entre esposa y concubinas -sí, el insaciable Yukitomo no se contenta solo con una-, así como la añoranza de la filosofía budista para salir de la incomprensión de una vida puesta al servicio del egoísmo del otro. Varias son las sorpresas que tiene esta novela, no sólo por la entrada y salida de las concubinas, sino también por el retrato del paso del tiempo. Vemos a Suga, una crisálida que habrá de ser domada por su señor y que nunca terminará por abrir sus alas, a Michimasa y Katsuko, hijo e hija de la pareja, el primero un ser violento y cruel, que no tiene el respaldo de sus padres y la segunda, una chica frágil y fría que ha crecido viendo el ir y venir de concubinas en la habitación de su padre. 

Es una historia generacional, porque nos lleva hasta la primera mitad del siglo XX y los avatares de los nietos del matrimonio, así como la llegada de nuevas filosofías. Y en toda la novela, la figura de Tomo se acrecienta: de sumisa a rebelde, pero también con una rebeldía que se antoja articial y que tiene, en el final, su explosión. Es una gran novela, simbólica, para nuestros tiempos, sensible y pulcra, sin duda deben leerla.

Monday, March 10, 2025

El libro de todas las cosas, Guus Kuijer

Hace muchos años me hablaron de este libro como una sensación que debía experimentar. Porque eso es leer, es básicamente, experimentar emociones. Y yo puse el libro en una especie de altar, porque persona con la que me topaba, persona que me lo volvía a recomendar, puesto que así son los libros. Compré alguna edición y la perdí, hasta que, de nuevo, el año pasado, en una visita a otra ciudad, me lo encontré en un stand que vendía libros usados. Más por repetición de vendedora, pero quisiera creer que también por gusto lector, quien atendía me dijo: es un buen libro. No maravilloso, no genial, sólo un buen libro. Y esa definición me gustó. Lo empecé a leer y no me gustaba, y me cuestioné por qué no, tal vez no estaba en el modo de leer este libro, y luego me empecé a cuestionar por qué les gustaba a otras personas y lo fui entendiendo. Hay que aclarar, que es un libro para jóvenes, es decir, lo que se cuenta, aunque terrible, da esperanza. La narrativa es ligera, pero eficaz, pero también los personajes, aunque no se salen del guion establecido para ellos, cumplen. Hay una constante alabanza a leer y desfilan libros muy conocidos, bueno, sólo dos: La Biblia y Sin familia, de Héctor Malot. (Es curioso que, al momento de citar la Biblia, no ponga a Dios como autor). La novela cuenta la historia de Tomás ¿o David?, que vive en Holanda, en un hogar fundamentalista evangélico, en donde el padre golpea a su esposa ante sus hijos. Para remediarlo, Tomás empieza a reproducir en la casa, las plagas de Egipto. El padre sospecha, pero su hija, que lo ama, pero que no desea reproducir este maltrato, también le pone trampas. Un día, el chico lleva un texto que pierde, pero que aparece en la Biblia: "Todo hombre que golpea a una mujer se deshonra a sí mismo". Al final, el chico hace un club de lectura y recitación de poesía junto con sus vecinas y aunque el padre es invitado, no se queda hasta el final. No se puede salvar a todos, dice un personaje, y esa es una gran verdad. Pues todo el tiempo estamos salvando gente de sí misma, por amor, por compasión, por deseo. Pero hay gente que vive y está a gusto con sus paradigmas, pero si hay una chance de integrarlo al gran coro donde la gente no golpea a los demás, es necesario hacerlo. Tomás, también, en ocasiones, habla con Jesús, sí, Jesús de Nazareth y éste le dice que no conoce a su padre y que, cuando al chico su padre lo golpeó, Dios se escondió de él, de su padre, y no lo encuentra. Esa imagen, tan bella, vale por sí solo todo el libro de todas las cosas. Y sí, es un buen libro. Leánlo despacito.

Thursday, February 27, 2025

Manual para crítico literario en emergencias, Malva Flores

Compré este libro por impulso. El texto de la contraportada me atrajo porque plantea una posibilidad que cualquiera persona que lee, en algún momento se debe cuestionar: ¿cuáles son realmente los libros que debería resguardar ante un imprevisto como una mudanza inesperada, una donación forzosa, un desprendimiento matrimonial? Y la verdad es que el libro no habla de eso. Este manual crítico es más bien una recopilación de textos ensayísticos de variado interés y origen. El primero, que le da título al libro, me gustó mucho, pero el resto me parecieron, salvo varias excepciones, poco interesantes. Los que me agradaron lo hicieron mucho, los que no, tampoco es que estén mal, solo no logré conectar. Destaco, "Neruda en este planeta llamado tierra", un texto bien documentado, amoroso, crítico al mismo tiempo, de uno de los poetas mayores de nuestra lengua, el texto sobre Aimé Césarie, que me descubrió un autor que sin duda leeré a futuro, el de Crítica Pokemon y el texto final sobre la aventura editorial de la autora como editora. Será un problema de estos tiempos, tal vez, pero cuando asoma la voluntad del diario, de la confesión, los escritos se vuelven, para mí, más amables. Tres o cuatro figuras resurgen en el canon lector de Malva, al menos en esta reunión de textos: Paz, Sheridan, Aurelio Asiain. También un gusto político: la crítica a la 4T, (yo sigo pensando que votar por el PAN o el PRI es un contrasentido, pero entiendo también que la 4T tiene sus contrasentidos), pero en fin. La lectura también es olvido y ya empiezo a olvidar este libro, salvo por los tres o cuatro textos que sin duda sí me dejarán pensando, pero como dice Marcial, todos los libros tienen algunas cosas excepcionales, algunas medianas y la mayoría, malas. Pues este libro cumple esa función, así que no podemos negar, ¡que es un libro! Del manual para seleccionar libros en las mudanzas, no viene tanto o sí, pero está medio escondido. Mejor hagan uno ustedes y lo comparten. 

Tuesday, February 18, 2025

Fulgor, Alma Mancilla

Hace tiempo que alguien me recomendó leer a Alma Mancilla. No lo hice, porque realmente tenía varios años sin leer mucho, apenas unos 10 libros al año, que para mis previos niveles de lectura, es algo pésimo. Y los leía medio obligado, porque me invitaban a presentarlos en alguna feria. Sin embargo, anoté que debía leerla y por eso ahora, que me cayó Fulgor en las manos (en las pantallas, mejor dicho), no vacilé en leerla.
Fulgor trata la historia de Eva, una estudiante de antropología que se va a un pueblo a realizar un estudio social para pasar una materia. El entorno que la rodea es de soledad: vive en una cabaña para turistas, pero en la más desaseada de todas, mantiene también pocos lazos sociales y el único familiar, con su madre, se nos presenta como áspero y poco frecuente. La madre pide de Eva algo que no es. Eva, además, tiene un cuadro clínico psicológico complejo, con una temporada en el hospital, no sólo por eso, sino también por un aborto reciente. 
Lo que en un principio se piensa será un relato sobre lo antropológico, pronto se convierte en otra cosa: un acercamiento al mundo mágico y terrorífico de la soledad, de la brutalidad mágica, del abandono. Un mundo en donde su condición de madre que no cumple su ciclo produce demonios. Pronto, Eva, tendrá acceso a un mundo de brujas o tenebroso, con seres que vuelan, no sé sabe si ángeles, demonios del aire o lechuzas humanizadas que la llevarán no a la locura, sino a la reivindicación. Porque Eva, quien no tiene hijos, al final tendrá su resolución.
Lo que está en esta breve novela es una depuración del mundo fantástico, que si bien da muchas pistas sobre en dónde terminará, eso no evita que el viaje sea interesante. Pensemos que toda novela cuenta una transformación. La hay. Pensemos que toda novela es un mundo que se nos presenta como interesante. Lo hay. Además, tiene un pulso narrativo muy atractivo, un lenguaje rico, nada duro, sino muy flexible y rico. Las atmósferas del libro, la indagación personal de Eva, la dureza con la que se trata, su curiosidad ante lo extraño, ante lo otro, la otredad, es muy interesante. Justo eso: Eva viaja hacia lo espinoso del encuentro con lo otro, más cuando ese otro recubre cierta perversión y tenebras. Es una gran novela, en todos sus detalles. Así que, si la pueden leer, la recomiendo.

Tuesday, February 04, 2025

La muerte del filósofo, Vicente Herrasti

Apenas es el segundo libro que leo de Vicente Herrasti y confirmo lo que pensé desde que leí el anterior, la célebre novela de Las muertes de Gengi. Estamos ante un autor fuera de las modas de la literatura mexicana y por lo mismo, el más contemporáneo de todos, porque su obra apuesta por solo el hecho literario de la ficción que lleva a cabo lejos de lo contemporáneo, acaso más cerca de la voluntad más particular de la literatura que es ficcionar sobre mundos nuevos o, en su caso, por viejos.
En La muerte del filósofo, Herrasti nos lleva por el fallecimiento de Gorgias de Leontinos, célebre sofista, alumno de Empedocles, rival de Platón, quien fallece a los 108 años de edad en la ciudad de Feres, gobernada por el tirano Jason. Tras u esperado fallecimiento, dadas las dolencias que lo aquejaban, ciertos personajes de la ciudad aprovechan las exequias para dar un golpe de estado al tirano. A partir de este momento, la historia se centra en Akorna, el eunuco esclavo quien cuidaba al filósofo y su devenir en la revuelta, pero también en su relación con el filósofo quien había terminado en la víspera a su muerte, su exhorto a la prudencia, texto que el esclavo usurpa junto con 500 estateras de plata con las que pretende huir del yugo de los reyes de Larisa o Feres, la ciudad de Jason.
La novela es un gran muestrario de la vida griega de la época, del sistema social que impera, de la vida de los esclavos, de la filosofía de Gorgias y de la urdimbre política. En ratos coquetea con la novela de género negro .-aunque no es un hecho criminal el que se investiga, en ocasiones persiste la lógica del asesino y del que huye-, pero se vuelve muchas más cosas: su erudición, su lenguaje, los trazos de filosofía y de historia de los filósofos de la época, narradas a cuentagotas, le permiten construir un mundo que se revela con soltura, elegancia e inteligencia.
Quien lea la novela sin duda disfrutará el infierno de Jasón, las exequias del filósofo, cierta escena en el hostal-prostíbulo de Evélpides, así como la inesperada amistad de Akorna con ciertos personajes que se encuentra en su intento de huida hacia la libertad, mismo que al final, como la célebre filosofía de Gorgias, no existe, porque acaso, la gran paradoja que los dioses nos legaron fue un libre albedrío que no supera el encierro de nosotros mismos que nos habita.
Gran novela de Herrasti, ahora a leer la siguiente.

Alfaguara, 2008, p. 172

Wednesday, January 29, 2025

Muerte caracol, Ivonne Reyes Chiquete

No sé qué tanto se ha escrito de Muerte caracol en el pasado, porque no pienso hacer una búsqueda al respecto. Me solicitaron un texto largo sobre la novela, pero no sé si lo logre escribir. Así que vengo aquí a apuntar algunas ideas no del todo conectadas, pero que sí está en la novela. Primero, debo decir que es una novela muy inteligente. Armada al detalle. Que huye del paradigma de la novela policiaca o noir. Es una novela que desafía ese patrón y usa sus vicios para burlarse, pero también para honrarla. Me explico. Un asesino en serie, Jefrey, escucha voces que lo obligan a matar y que lo llevan a tener como sello de identidad a un caracol que siempre deja en los cuerpos de sus víctimas. El hombre, al más puro estilo de los asesinos literarios-cinematográficos, se implanta en tu cerebro como una copia del asesino serial de El silencio de los inocentes. Pero esa historia que leemos no es la novela, sino la de un hombre que la lee, un guardia o empleado médico de un hospital público. Este hombre es un lector de estas obras y anota frases, se rebela contra el autor, mientras discurre en su aparente vida anodina. Sin embargo, la novela del asesino del caracol continúa y cada capítulo está narrado por una voz distinta, una exploración a todos los tipos de narradores que pueden contar una historia de este tipo. Al hacerlo, Ivonne se burla, pero también respeta el género. Incluso hace la alusión, con la ayuda del lector, de todas las falacias y lugares comunes de este tipo de obras, pero ejecuta a la perfección los lugares comunes del género. Mientras eso ocurre se nos muestra con más detalles el aspecto sentimental del lector quien sueña con ser un asesino e incluso intenta cometer uno sin éxito. De nuevo, re escribir el lugar común, pero hacerlo bien. La novela avanza son fluidez y reconocemos el paso del asesino, el símbolo del caracol y de la muerte hasta que, desde la tiranía lectora de quien lee encontramos los mecanismos y el corazón de la novela: matar no por maldad, sino por asco. Acaso la gran reveleción que nos lleva de la mano al final: Quien lee sobre asesinatos, al no poderlos hacer, los ejecuta en la ficción. Es una estrategia interesante: la novela al fin no ha sido sobre un asesino sino sobre un escritor: alguien que da vida para después quitarla. Me recordó a otra novela, una de Patricia Higsmith, Crímenes imaginarios, donde un escritor de guiones de cine decide "matar" a su mujer quien en realidad ha salido de viaje, pero los vecinos lo ignoran y eso conduce a un final descabellado. Ivonne no hace lo mismo, pero sí pasa por las capillas del horror con soltura, imaginación y diría acaso, sarcasmo.

Sunday, January 26, 2025

El desencanto de las sombras, Eva Leticia de Sánchez

Por muchos años este libro deambuló por la casa de un librero a otro, salvado de las restas de fin de año de ejemplares que se amontonaban y cuyo interés decaía con los meses y el paso del tiempo. Siempre estuvo ahí, porque me dijeron que era una gran novela. (Y lo es). Incluso me invitaban a que la publicara de nuevo. Pero la verdad, es que no la había podido leer, pero como tenía y tengo fe en quien me la recomendó siempre, aunque la hacía a un lado, la mantenía cerca para un día, quien sabe cómo y con qué pretexto, al fin leerla. Así que ahora que me mudé, me dije que era el momento de llevar el libro y conmigo y leerlo. Pocas veces he estado tan asertivo en mantener un libro en mi acervo.
El desencanto de las sombras es una clásica novela breve contada en primera persona que narra, como bien lo dicen las reseñas de venta en Amazon y google book y alguna que otra librería, el paso de Ana, joven pueblerina, venida a la ciudad para estudiar, y quien se ve enrolada en las juventudes sectarias de las organizaciones clandestinas en México. Y lo hace con una sólida voz narrativa, juguetona, sarcástica, entrañable, que nos presenta el momento en el que la chica tiene su primera relación sexual a instancia de sus compañeros de célula quienes la han presionado para que al fin deje la mojigatería de la virginidad.
Este punto de apertura le sirve a Eva Leticia para hacer una narración que nos presenta a la joven e indecisa e ingenua Ana, quien adopta el nombre de Lucía dentro de la organización, desde su inocente interés revolucionario hasta el desencanto que la humaniza, que la vuelve ante los lectores rotundamente cierta. 
La novela me recuerda mucho el desencanto, la trama y el tono de El principio del placer de José Emilio Pacheco. Sí, esta novela tiene esa altura. El humor negro, las complejas relaciones humanas entre los integrantes de las células, la despiadada crítica a las vidas de tantos jóvenes revoltosos y revolucionarios que incendiaron y quemaron sus vidas por nada, que tiene en un breve monólogo de El Callado, uno de los personajes secundarios de la obra, pero detonante del destino final de Lucía, como mejor exponente, vuelven a esta obra una que debería ser considerada como clásica en nuestras letras y tener tantas reediciones como veo que no las ha tenido.
¿Por qué ocurre esto? No lo sé, pero la literatura mexicana sigue siendo tribal e injusta. Sigo no perdonando a las autoras y autores que inician tarde su recorrido por las letras mexicanas. Además, la primera edición salió directamente a una colección de bolsillo de Ediciones B, antes de ser comprada por Penguin Random House. ¿Por qué de bolsillo? Tal vez porque la autora no era ni es tan conocida, pero alguien supo que esta novela debía publicarse.
En fin. Sólo tengo una queja menor, pero no menor. El final. Será porque acabo de leer El jilguero y estoy sensible a los finales. Me parece que la novela o la autora al final se enamora de su personaje y, aunque la hace pasar por escenas en verdad miserables, al final se apiada de ella y le configura un final, si bien duro, con cierta luz al final. Creo que la novela no necesitaba esas páginas extra. Estaba bien, Ana ya había aprendido, ya sabía al fin en dónde estaba y quién era. Pero en fin, quejas de quien lee, pero que llega hasta las últimas palabras de la novela, que como dijo alguna vez Gabriel García Márquez, es lo único que se le puede pedir a un autor. Así que el trabajo estuvo bien hecho.

Saturday, January 25, 2025

Vals para lobos y oveja, Ernesto Lumbreras

Siempre me han fascinado las novelas que reconstruyen épocas pasadas, como esas telenovelas de época. Y cuando lo hacen sin el interés de reconstruirla, es decir, que pasan por ellas solo como el escenario por donde discurren los personajes, el verdadero motivo para contar la historia, pues es mucho mejor. Eso y más puedo decir de la estupenda Vals para lobos y oveja de Ernesto Lumbreras, una novela que nos lleva por los años complejos y furiosos del siglo XIX, en el delta del Mississippi, el viejo oeste y el mundo gambusino, los apaches, la caza de los mismos, la nostalgia por la invasión norteamericana y el fanatismo religioso en México tras la guerra contra el II imperio de Maximiliano. El joven Sthepens sale de Inglaterra junto con su madre para probar suerte en Estados Unidos tras quedar desamparados por la muerte del esposo y padre en el mar. El viaje convierte a la novela en una mezcla de novela de iniciación y de road novel. Es una novela entrecortada, contada en fragmentos, con una clara voz literaria que, en primera persona, nos relata el viaje del joven, su enfermedad en el barco, su violencia juvenil, su amor por los libros y las marionetas, su vida como gambusino y finalmente, su muerte a manos de una turba religiosa azuzada por el párroco de Ahualulco, Jalisco. Las cosas que más me gustaron ya las he medio dicho, pero debo agregar como el gran personaje de esta novela a la prosa poética, sintética, a los remates finales de los capítulos que capturan con belleza la naturaleza humana y el paisaje. Es una gran obra. Si tuviera qué elegir cinco cosas que disfruté mucho fueron: los monólogos y el arte de trabajar con marionetas, la descripción de las cañadas y la vida gambusina, la escena cruel, delirante y amarga de una venganza que ocurre casi al final de la historia, el lenguaje y claro, el viaje por el Mississipi. 

El jilguero, Donna Tartt

Una de las primeras cosas que debo decir de este libro es que nunca había leído algo que tuviera más de mil páginas y que leer al menos las primeras 700 fueron una delicia. Las restantes 300, me parece, aceleran un final que también pudo ser antes. Alguien me dijo alguna vez que una novela de 500 páginas tenía detrás de sí a un autor que no había tomado decisiones difíciles, que no se puede contar todo. Por supuesto, cuando se escribe, todo el tiempo se están tomado decisiones, no se puede narrar el mundo, sino tan solo una selección. Y la decisión de cuánto prolongar ese mundo no siempre es la más inteligente.
En cuanto a El jilguero, de Donna Tartt, debo decir que disfruté mucho la lectura de la obra. 
La historia se puede resumir de esta manera: el joven Theo Decker hace una maldad en su escuela junto con su compañero Tom Cable y debe ir con su madre a recibir el regaño. Pero ese día de la cita les queda una hora libre y deciden pasarlo en el MET, específicamente en una exposición temporal de los maestros holandeses del siglo XVIII. Mientras su madre va a la tienda para comprar el regalo para su jefa, quien cumple años ese mismo día, Theo se queda en un ala del museo donde se exhibe el cuadro de El jilguero de Mauritius Frabbritius; un cuadro pequeño de un ave atada a un pedestal. Junto con él, hay un anciano y una chica pelirroja, que Theo ha seguido durante su visita al museo puesto que van casi a la par por las mismas salas. La visita se ve interrumpida por un ataque terrorista que destruye el museo y a la que Theo, el anciano y la chica sobreviven, pero heridos los últimos dos. En un breve intercambio entre el viejo Welty y Theo, éste le entrega un anillo y le da una dirección a donde llevarlo, pero al mismo tiempo le dice que se lleve el cuadro. Theo logra salir por una puerta trasera hacia Central Park y llega a casa mientras espera que su madre, quien no ha sobrevivido, vuelva con él.
Esto que acabo de resumir son, acaso, las primeras doscientas páginas de la novela y créanme que no les he arruinado la lectura: todas estas primeras páginas son hermosas, llenas de erudición, de profundización en los personajes, de paisajes internos y externos narrados con pulcritud, amor y belleza. Creo que todo el período adolescente de Theo Decker es tratado con maestría y termina pasadas tres cuartas partes de la novela. Después el adulto Decker no resulta tan atractivo, en parte porque la misma novela recuerda que debe ser terminada y se notan las tuercas, las concesiones del lector para volver verosímiles cosas que no lo son tanto y llegar, al final, a una hermosa revelación sobre la relación de nosotros con el arte.
Sí, El jilguero es una hermosa novela cuando recuerda que solo se trata de novelar la vida. Con qué delicia narra cuestiones innecesarias, con que habilidad captura la vida y el arte, y el dolor y la emoción. La misma ciudad de Nueva York se engrandece en las páginas de la novela como un personaje más, así como el famoso MET. Léanla. A mí me gustaron, además, las reflexiones sobre el arte, sobre la reparación de antiguedades, la dicha alcohólica y drogadicta de Theo y su amigo Boris, la hermosa reflexión sobre la madre y el ímpetu lúdico y salvaje del padre. En suma, una gran novela, que luego se acelera a terminar con finales felices :(